Opiniones sobre La visita de los cuerpos

  • 17/04/2017 08:52
    Sabina 24
    Me encanto la Obra!!! Me sorprendió gratamente. Un puesta en escena descomunal. Diferente a a todas, original, intensa. IMPECABLE en todo sentido. Un deleite a los sentidos!!!
    Excelente. la volvería a ver!!!.Los detalles aplicados, son más que destacables. La disfrutamos mucho. Marcan la diferencia en el escenario a todo nivel. EXQUISITA: GRACIAS.
  • 28/03/2017 11:40
    Claudio
    Excelente. Entretenida y profunda. La disfruté mucho. Es de esas obras en las que a medida que pasan los días te quedás pensando en ella y siempre le encontrás una nueva vuelta de rosca que te hace reflexionar. La voy a ver de nuevo.
  • 28/03/2017 10:04
    Nahuel S
    RECONFIGURANDO CUERPOS


    Se presume que Samuel Beckett inauguró el ulteriormente nominado teatro del absurdo. Un diálogo típico de la dramaturgia beckettiana podría ser del tipo: “Tenemos que irnos”. “No” “¿Por qué?”. “Esperamos a Godot”. “Yo me voy”. “Yo también”. Y, a continuación, la infaltable didascalia que sentencia: Ninguno se mueve. Lo absurdo desborda y lo lírico, en su mayor parte, brilla por su ausencia. En La visita de los cuerpos de Santiago Alonso, lo absurdo aparece en algunas escenas -la indumentaria ayuda a construir esta narrativa del aparente (solo aparente) sin sentido- y se licua en el resto, mientras que lo avasallante son los diálogos que dan la impresión de un dramaturgo puliendo cada palabra como si de un marfil alquímico se tratase. Sin embargo, el espectador tiene la sensación de estar presenciando un espectáculo absurdo -en su sentido genérico, se entiende. Mas lo receptado son escenas, fragmentos. El tema o, para hacer un préstamo de la jerga cinematográfica, la “sinopsis” es prácticamente irrelevante. Los actores que interpretan a los personajes de la hija y del primo se comen el escenario. Volvamos al tema. Tomashevsky dictamina que el tema es aquello de lo que se habla. En La visita de los cuerpos los temas son varios, proliferan cual marea a punto de arrasar la desolada costa. Nombremos, quizá, los principales: el incesto, la homosexualidad y la indómita muerte. El personaje “blanco” está muerto. ¿Está muerto o es la muerte que no cesa de morirse y llevarse a todos y a todo a su paso? La obra recuerda, por momentos, a Bergman, a Shakespeare y a Artaud, siempre a Artaud. Sacude al espectador, visita, invade y desgarra su cuerpo invitándolo a poner patas para arriba la realidad presuntamente aprehendida por nuestra experiencia sensorial. Es imperioso verla, a la obra, en más de una ocasión. La simbología pulula cual verborragia poética bien estructurada y los fragmentos devienen unidad al finalizar la misma. Buen texto. Buenos actores. Buena indumentaria. Excelente obra acabadamente fragmentaria.
  • 27/03/2017 22:57
    Cecilia 4
    Excelente obra con impecables trabajos actorales
  • 27/03/2017 17:38
    Patricia 5
    Entre realidad y ensueño, con momentos trágicos y humorísticos muy bien ensamblados, deviene en profunda reflexión sobre nosotros mismos y nuestras vicisitudes atravesando pasado y presente y haciéndonos conectar con nuestras miserias y ferocidades. El texto nos deja pensando aún después de ver la obra. Las actuaciones, impecables. Felicitaciones a todos/as!
  • 27/03/2017 15:56
    Rodolfo A 2
    Excelente. Conmueve, reconforta, inquieta. Te pide volver a verla.
  • 27/03/2017 15:41
    Rodolfo A 2
    Me parece excelente en todo sentido. Una obra intensa, renovadora, poética. Una puesta en ewcena cuidada en todos sus detalles. En conjunto, se abre un camino nuevo y a la vez en la mejor tradición moderna. La vería de nuevo, varias veces. En realidad, ya voy a verla otra vez.