02/10/2005 18:49 Marta H 12 Excelente.
No hay texto. La representación trabaja sobre un juego de cuerpos y espacio.
Ella, Él y cuatro cubos. Los cubos estructurados a la simétrica manera de Mondrian.
El espacio como una angosta cinta blanca que se expande en una elevación hacia los costados del escenario. En esa elevación blanca, imposible de transitar para el hombre puede significarse todo el espacio externo como una gran 'nada' blanca. Los personajes la interrogan... Se agobian.
Él mide su espacio, extiende sus brazos, sus gestos me recuerdan al 'Hombre de Vitrubio', el dibujo de Leonardo, que quería expresar la idea del hombre como medida y centro.
En este caso el espacio de cada uno no abarca más que el diminuto lugar que habitan, el cubo y unos pocos metros más.
Frente al otro -que lleva a cuestas su propio espacio, con su propia y particular mensura- el mundo se disloca.
Entonces el recelo, el encuentro, la competencia, la defensa, el juego, la pelea o... la soledad. El imposible: 'nosotros'.
Los dos excelentes actores (Ella y Él) despliegan una gran precisión en sus movimientos y gestos. Como el juego es riesgoso, cada movimiento requiere un ajuste perfecto y maquínico.
En realidad, esto que escribo es un precario intento de lectura. No es una obra para explicar. Todo el tiempo se reciben sensaciones. Nos reímos, nos asustamos... Nos quedamos pensando en ella bastante tiempo después de haberla visto. ¿Qué toca en nosotros?
Hay que verla, para que cada uno intente una respuesta.
02/10/2005 18:49
