Opiniones sobre Otelo

  • 10/02/2017 11:00
    Eduardo 173
    Un cláisico en puesta moderna, que empieza muuuy lennnnto con una dirección muy estática en el cual los personajes hablan y hablan pero no accionan lo sufiente para darle cuerpo a lo que dicen pero a mitad de camino se encausa con un mayor dinamismo y desplazamientos que lo hacen más llevadero y entretenido. Lo mejor el elenco que están todos muy parejos y lo imprescindible para esta puesta resulta la banda en vivo que le agrega 'sentidos' y 'climas' a distintas escenas. Esta buena, hay que verla el tema ambición y celos, no pasa de moda.
  • 30/11/2016 13:13
    Moni 16
    exelente todo impecable exquisito
  • 15/11/2016 14:51
    Ernesto 3
    ¡ESPECTACULAR!

    Despliegue visual, desparpajo, llegada potente y compleja hermenéutica...

    ¡Felicitaciones!
  • 14/11/2016 19:50
    María E 6
    Salimos profundamente conmovidas. Arriesgada versión de un clásico con muy buenas actuaciones e impresionante y moderna puesta en escena.
  • 14/11/2016 11:27
    Patricia 12
    Lamento profundamente decir que la obra me pareció un CACHIVACHE. No me retirè de la sala por respeto a los actores, que como trabajadores hicieron muy bien su trabajo. El problema es que esta 'adaptación', 'versión libre' o como se llame este delirio de Cardenas, deberìa llamarse pedrito o mIguelito, porque de Otelo no tiene nada. Cero drama. cero escenografía. Algunos críticos cool la llaman 'despojada'.
    Dejense de joder!!! Utilizar un teatro municipal para poner Otleo con coreografía tipò Village people con movimientos sexuales!! Un bodrio.
    No conmueve, no produce màs que verguenza. Referencia al ni una menos??? Tampoco.
    A la salida me dedique a observar a la gente y a escuchar los comentarios: Todos salimos vacíos.
  • 10/11/2016 21:10
    Matías
    Otelo como un reflejo desafortunado de nuestra idiosincrasia

    Una adaptación que busca adaptar a la contemporaneidad una obra clásica de Shakespeare aferrándose de los elementos más atemporales del guión, y fracasa estrepitosamente al adicionar componentes chabacanos que, lejos de complementar y ayudar a una cohesión de la obra, terminan por formar un embrollo de escenas sin ritmo o conectividad; un popurrí sin sentido de actuaciones pobres, hilvanadas por escenas (inventadas) que pretenden ser cómicas o irónicas (si es de mal gusto pero es irónico entonces está bien).

    Entre las escenas inventadas se destacan el monólogo de un hombre que describe el acto de masturbación por dos minutos o más en una escena que parece interminable, una secuencia en la cual Desdémona tiene sexo con prácticamente todos los personajes del reparto, y una serie de interludios musicales con coreografías inexplicables salpicados cada tanto en la obra sin razón aparente.

    La intención, supongo, era hacer de Shakespeare algo entretenido y accesible para toda la familia, pero en esa conversión se pierde demasiado y el script termina siendo rebajado a una serie de gags que se arrojan indecorosamente a la audiencia para provocar una reacción de risa o de sorpresa, como en un sit-com. Los méritos de una obra como Otelo no pasan el humor de slapstick o monólogos sobre masturbación, sino por la sutileza de los parlamentos, por la tragedia y devolución de los personajes que reflejan nuestra propia naturaleza humana. Es difícil adaptar una obra así y no fallar. Ésta no ha sido la excepción.
  • 31/10/2016 20:22
    Horacio 271
    Desafiando una vez más la generosidad de los animadores de este espacio, voy a dejar mi opinión sobre la arriesgada versión del clásico shakespereano que disfruté -y mucho- la tarde del 30 de octubre.
    Si la opinión se extiende, quizás responda a la necesidad de dejar una mirada distinta a las de dos espectadoras que quedaron (muy, demasiado) enojadas con la puesta y sin afán (por desgano) de polemizar con ambas, serán tenidas en cuenta al emitir mi opinión.
    A mí, que de tinelliano no tengo nada, la puesta me impactó. Para bien, para muy bien.
    Es cierto que se echa mano a recursos que persiguen descomprimir el clima que genera una obra que trata un tema tan dramático, tan actual (se hace cargo de ello el director en el programa de mano), a veces mediante algún trazo grueso -los mohínes y parlamentos de uno de los personajes, a mi gusto, están demás-, es cierto que el texto ha sido (muy, demasiado) intervenido.
    Pero lo fue con una honestidad que se evidencia a partir del trabajo consagrado para alcanzar el feliz objetivo final: el mensaje de Shakespeare llega nítido a una platea que (seguramente sin la versación y brillantez de gentes superiores) asimila esa estocada feroz.
    A partir de, entonces, una escenografía y puesta de luces notables y, muy especialmente, desde las interpretaciones de un elenco parejísimo y de alto vuelo (con alguna excepción que me dejó gusto a poco y muchísima tela por cortar, por lo menos, en la función del domingo 30 de octubre) el resultado como escribía es muy satisfactorio.
    Decía de las actuaciones y destaquemos a Vanesa González: todo lo hizo bien.
    Sólo desde el pensamiento medieval puede verse en su perdurable 'Desdémona' a una puta. Quienes miramos al mundo con otros ojos no vemos en una mujer bellísima que muestra lo que tiene con sensualidad, y que se viste para que lo que lleva sea admirado, a una puta, sino a una hermosa mujer segura (muy) de sí misma.
    En el mismo sentido me sorprende esa atribución a la 'Emilia' de Laura López Moyano, ajustadísima en su papel, como el 'Brabancio' de Roberto Castro.
    Y el 'Otelo' de Arengo no merece esos maltratos.
    Menos aún al evocar la transformación -genuina, impactante- que experimenta el actor en el escenario, en trance del gordo bonachón al enfermo criminal.
    Lo suyo fue impecable: toca una guitarra, baila (tan bien como sabemos que sabe hacerlo quien lo vimos hace unos 8 años en 'Sucio') y conmover -en perfecta sintonía con González- en ese final tan cruel.
    Como sea, se lean las opiniones que se lean, vale (y mucho) pasar por esta audaz, inteligente y honesta experiencia teatral.