Opiniones sobre Pasares

  • 25/10/2016 08:43
    Santiago A 2
    Fui a ver Pasares y recomiendo a todos que la vean.
    Una obra hecha con mucho amor y trabajo, se ve, se siente, que cuenta historias hermosas y necesarias de presenciar.
    Profunda, liviana, y llena de emoción. Y un gran laburo de equipo.
    Posta, no se la pierdan!!!!
  • 03/10/2016 10:47
    José H
    Pasares, la esperanza detrás del adiós… Pasares
    Mi reloj marcaba las 19 horas cuando decidí abrazar la invitación de unos amigos y guiado por uno de ellos me personifiqué en Gallo 826, El Abasto. En apariencias una casa como tantas de Buenos Aires. Solo basta regalar la vista a su fachada y te percatas de la Diferencia. ¡Una Sala de Teatro! Si. Bienvenido me sentí en la tertulia, y feliz al conocer a un grupo de muchachos jóvenes que estrecharon mi mano regalando una placentera admiración. Poco a poco la sala acumulaba los pasos de amantes de las tablas, y que interesante ver la diversidad en los asistentes. El lugar muy acogedor con una pequeña sala de estar y una cafetería presta no solo para el sostén del interesante proyecto cultural, pues su oferta digna y sugerente para un momento como ese.
    Minutos después un gentil hombre incitaba a darle vida a cada luneta de la sala de teatro. Una sala de modestos recursos, con una escenografía que bien agrieta el apetito de espectadores curiosos. La luz tenue fue sustituida por un apagón total. El diseño sonoro fue el segundo efecto presto para multiplicar curiosidad. Y de repente en las tablas: ¡La desesperación! Desesperación, intriga, ansiedad, rostros cargados de dudas de necesidad, de comunicación faltos de…
    “Pasares” Una obra donde once personajes logran mostrar un tejido con hebras de sufrimientos, amor, desamor, valor, egoísmo, profundo dolor. Un tejido de una verdad capaz de vencer al tiempo. Zulima Domínguez, expone de manera capaz el vestuario utilizado en el drama, no cabe duda. Como bien merecen todo el respeto Dolores Riera y Silvio Falasconi. Si hay algo que más me atrapa es la ausencia de un personaje protagónico. Varias historias, tienen lugar con tonos diferentes y en un mismo segundo. No hay sub trama.Solo un dolor. Mi dolor. Angustia. Mi angustia. Y un grito desesperado
    - ¿Hasta cuándo? El bien pensado diseño sonoro quizás tenga un tanto de culpa que de repente el espectador se siente como si fuese un actor más en el escenario, como si Juan Ignacio Acosta hubiese tomado el testimonio de la vida de cada uno de los presentes. ¿Quién en la vida no protagonizó una gota de dolor, o fue víctima de las calamidades que de momentos arropan al propio hombre, a la propia mujer? ¿Quién no lo ha vivido? Si esa noche alguien que crea no haber vivido lo regalado en la puesta del Grupo de Teatro Pasares, por favor, mire a su lado, mire atrás. Quizás un amigo, un hermano, sus propios padres o sus abuelos quieran regalar las lágrimas guardadas. Y fue esa la sensación que sentí al ver a un personaje no reflejado en la obra con coreografía de Mariana Moschetto. El silencio. Si. Me permito contradecirme y reafirmar a la vez. La obra tiene un protagonista. “El silencio”. El silencio arropado de nuestra verdad. La verdad de la argentina de la que hoy vivo enamorado. Y sería injusto si por modestia, no señalo la enseñanza recibida de mi amiga Any González . Con que facilidad transita una gama de sentimientos. Qué capacidad para prestar de espejo ante la lágrima del espectador. ¡Qué gran actriz!
    Gracias Carlos Castro. No solo por presentarme a tus colegas Miguel, Sofia, Macarena y Jimena. Gracias hermano y no por mostrarme que el clown que me regaló una función en su propia casa es un actor integrar colega también de Any, de Mariano, y de Dolores. A ellos, como a Gustavo, a Lola y a Mariano, los felicito. Y a Ignacio, que bien ese cierre libre de final feliz o acomodado a la necesidad de una enseñanza. Lo lograste amigo. En tu obra el silencio no pinta olvido. Las huella de los pasos de tus personajes son la realidad de nuestras vidas. Unos ríen ante el milagro concedido, otros guardan los tonos de una lágrima. Un beso retorna, otro es eterno, y otro, sencillamente fue. Que más pudiera decirte. Solo lo que cualquier otro dramaturgo. Como me gustaría poner una obra mía en tus manos.
    ¡Ah! Un detalle señalo. En Cuba, no sé si será o no correcto, pero cuando terminamos de ver una obra con resultados como ese se siente la necesidad de aplaudir sentado, y no me permito que no lo hice en la noche de ayer, quizás por respeto al dolor reflejado en tantos rostros. Yo regreso uno de estos domingos de octubre y me regalaré nuevamente la función para hacer lo que dicte mi corazón.
    Pomelapocha.
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  • 04/08/2016 20:18
    Patricia P
    Es una obra fantástica que te transporta a la época de la represión,con todas las vivencias de esos momentos
  • 27/06/2016 01:15
    Nancy R
    Me encantó la obra súper recomendable. Pura emoción.