Opiniones sobre Jamas me levantó la mano

  • 07/07/2016 21:09
    Daniel C
    'Jamás me levantó la mano' es la historia de una familia que no tiene más remedio, ni más deseo, que poder sentirse tal. Poder gritar, acá estamos nosotros y somos una familiar.
    Fátima y Naiara componen una familia monoparental, como dicen la taxonomía estadística, donde le padre no está por voluntad propia y sin embargo la amenaza del poder se esgrime sin embargo respetando la genealogía masculina (el título esconde -queriéndolo o no- la lógica patriarcal que sostiene gran parte del drama). Una familia donde la pobreza parece siempre negada, escondida en el espacio de la intimidad. Una familia donde la corporalidad está siempre en tensión, entre la madre que no puede caminar y la hija que sólo desea bailar. Pero también una familia que responde a una identidad barrial, con una pertenencia, acaso poco reivindicada, al universo de Villa Seca.
    En esa intimidad, todo se vuelve exasperante. Todo. La relación entre madre e hija, la relación con el exterior y con la historia que las trajo hasta allí.
    Desde el propio espacio escénico que propone El Tadrón, el público accede a esa intimidad de un modo notable. No hay posibilidad de distanciamiento, de mirada fría y calculadora. A eso suma la muy buena puesta en escena que propone Majolo, que ocupa el espacio de objetos y con ello de una presencia de los límites físicos de lo cotidiano. El baño, la habitación, los enchufes...
    El espectador, puesto dentro de la casa de Fátima (Romi Pinto) y su hija Naiara (Malena Luchetti), será parte de esa pequeña porción de tiempo que resumirá dolores y deseos de su historia.
    Naiara quiere participar del concurso del baile del pueblo y lo hará con su tía Irma, la hermana del padre ausente. La madre, Fátima, discapacitada no puede ser la pareja de la adolescente y está allí, en ese anhelo de bailar de la hija de la madre en silla de ruedas, el quid de la cuestión.
    Claro que la historia es mucho más que eso y la decisión de la puesta en escena, de llevar todo al máximo tono posible, con un humor por momentos delirante, hace que el espectador acepte de buen grado esa intimidad con una situación que, contado de otra manera, sería posiblemente difícil de soportar.
    El texto es muy bueno cuando transita aquello que no se explica y se empobrece sólo cuando hace explícito aquello que el espectador ya sabe de sobra. La obra se hace genial cuando la exasperación se hace carne en los cuerpos y lleva las actuaciones a sus máximos desafíos y pierde tensión cuando la palabra se vuelve melodramática. Por suerte, estos pasajes son muy cortos y no quitan intensidad a la tensión dramática en general.
    Las actuaciones son notables. Romi Pinto, una experta en las lides de llevar sus personajes al extremo, de llevar la voz a la crispación sin perder el límite y de controlar la gestualidad y el manejo de cuerpo está, como siempre, impecable. Malena Luchetti, en su debut teatral, sorprende. El desafío corporal que asume es enorme, pues su personaje expresa todo con su cuerpo y su trabajo exige una hora de concentración y riesgo superlativo. La joven responde con sobrados recursos a la exigencia de la dirección en esa suerte de explosión permanente, lo cual es un valor esencial en la obra.
    Y aunque no todo es divertirse, en el sentido más sencillo de la palabra, 'Jamás me levanto la mano' divierte, hace reír, permite una cercanía con lo teatral muy valiosa.
    Eso es suficiente para recomendarla
  • 06/07/2016 12:48
    Patricia T 2
    Hermoso espectáculo! Pasé de la risa al llanto en segundos y con mucha emoción y verdad! Felicitaciones a todos. Excelentes actuaciones y excelente dirección! Gran espectáculo Porteño!
  • 28/06/2016 10:32
    Pablo A 2
    El domingo fui a ver “Jamás me levantó la mano” al teatro Tadrón, una sorpresa en el panorama del off porteño. Es la historia de Fátima y Naira, madre e hija, la historia de un desencuentro, de una convivencia imposible, pero en la que, sin embargo, por debajo y por detrás gana el amor. La dramaturgia de Marcos Casanova, áspera, con las precisas fugas hacia el gag humorístico, dibuja con justeza a dos personajes desesperados, sumidos en una rutina de reproches que los está destruyendo; Romina Pinto (un talento, verdadero catálogo de recursos, caracteriza a la madre), Malena Luchetti (la segunda feliz sorpresa, que hasta ahora no había visto en teatro, es la hija) y reuniendo y dándole sentido al conjunto Cristian Majolo, que desde la puesta en escena, arriesga, maneja con soltura los medios tonos y las explosiones paródicas haciendo su propia creación. De antología la escena del baile en el concurso del club del barrio. En suma, hay que ver esta obra!!!
  • 26/06/2016 18:54
    Silvina M 6
    Ayer fui a ver 'Jamás me levanto la mano'. una historia, que sin la cuota de humor nos inquietaría e incomodaría... Las actuaciones excelentes de Romi Pinto y Malena Luchetti, dándole el corazón y cuerpo a los personajes, y hacen que nos asomemos al dolor escondido y la búsqueda de una vez ser libres y felices... Si hay un trabajo de poner el cuerpo aca esta, esta desde la acción dramática necesaria para la obra y se logra de una manera que no se puede dejar de adentrarse cada vez mas en la historia y ser parte y tomar partido... Y también logra momentos de la sonrisa, querer bailar junto a ellas, emocionarse en ese momento de amor en silencio... Una dirección y puesta, hasta el más mínimo detalle, muy buena donde Cristian Majolo nos presenta el mejor marco a esta historia... una puesta enriquecedora y cuidada hasta el más mínimo detalle.... también le da presencia, aprovecha con precisión espacios del maravilloso Tadrón, impensados... Es hermoso ver una obra asi, diferente de jugarse a lo diferente... y también se nota que hay detrás un trabajo hecho, recorrido y cuidado, y de este lado, eso se ve y se agradece! No se la pierdan! Vayan a verla! Disfrute mucho y me hicieron emocionar!! Felicitaciones a TODO el equipo!!!! GRACIAS!!!!
  • 21/06/2016 16:04
    Mariano B
    Una montaña rusa de emociones. Dos ACTRICES que nos llevan desde un barrio humilde de Buenos Aires, a la Europa de nuestros abuelos; de allí directo a la China Zorrilla de 'Esperando la Carroza', pasando por 'La Nona' de Pepe Soriano y cabeza abajo 'pispeando' algún conventillo porteño... Parando y pegando de frente con la realidad actual y la potencial falta de objetivos, personales y comunes en algunos jóvenes de hoy. No falta el guiño de la improvisación justa, acaso para recordarnos a nosotros (los 'expectantes' espectadores sujetos a lo inesperado de cada uno y del siguiente giro) que estamos frente a un escenario y no en una obra televisada. No faltan lágrimas, risas, penas y reflexiones... GRACIAS, Romi Pinto!!! Obviamente el ojo y el empuje detrás de todo eso... Cristian Majolo... fue un gran momento, fui con cero expectativas, salí en alfa, literalmente!!! Por eso: GRACIAS!!!
    Gente, NO PUEDEN PERDÉRSELA!!!
  • 21/06/2016 12:13
    Rolo 11
    Una obra increible desde que entras a la sala.. increibles actuaciones. Romi Pintos Excelencia!!! pura!!! una obra en donde no podes dejar de reir. emocionarte e irte pensando.
    No dejen de verla. Una direccion Impecable. Recomendable! teatro del bueno Independiente! y excelente!!!!
  • 19/06/2016 21:26
    Fabrina
    Excelente obra. El trabajo de las actrices es impecable, el juego en escena es fantástico. Felicito a todos los que trabajaron en este proyecto. Realmente vale la pena ver este espectáculo.