13/11/2015 15:00 Vanina 24 Quiero sacarme el sombrero ante la obra que fui a ver anoche. Ante la asombrosa, delicada, dedicada y talentosa actuación de la protagonista. No la conocia y me sorprendí muy gratamente con este equipo.
El trabajo de dramaturgia y dirección de Agustín Leon Pruzzo es realmente destacable.
Un espectáculo fino, preciso, que genera un sin fin de emociones. Uno como espectador va acompañando a Olivia (Lala Rossi) casi como pasando por cada una de sus personalidades. A veces riendo, a veces emocionandose, a veces con ganas de interpelar.
El acompañamiento musical fue un gran acierto porque ayudaba a generar ese limbo de búsquedas y encuentros.
La escena de la transmutación es maravillosa. Resume todo lo que vengo diciendo. La música que ingresa por los poros, la luz que genera clima, sombras, formas, y el gran despliegue y manejo corporal de la actriz, el majestuoso texto, unidos para que cada uno de estos elementos se regisnifiquen en su conjunto.
Y uno, como espectador, se encuentra inmerso en esos mundos de personalidades y emociones, siga sin tener ese momento de tregua, de descanso...¡imposible de saber cuál es la verdadera!