Opiniones sobre Tito Andrónico

  • 20/03/2016 21:16
    Serrano 2
    no escribí nunca una opinión, pero me siento en la obligación de hacerlo: esta obra es Excelente. Todo. Absolutamente todo. Las actuaciones. la puesta en escena: inteligente e innovadora. La dirección. La adaptación del texto: directa y concreta y respetando casi en su totalidad la obra. Vayan a verla. Es algo excepcional.
  • 29/11/2015 01:24
    Angélica C 91
    Excelente adaptación y muy buenas actuaciones para una puesta muy exigente. Destaco en especial el desempaño de Adrián Sett que hace, con mucha solvencia, dos personajes totalmente diferentes.
  • 11/09/2015 14:36
    Almas 2

    Almas EnelArte compartió la foto de Teatro El Convento.
    4 de septiembre a las 9:12 · Editado ·
    TITO ANDRÓNICO
    Para los amantes del arte teatral
    La vimos.Es genial!!!
    La adaptación y dirección de Martín Barreiro revela un profundo conocimiento de Shakespeare.Su puesta en escena justifica cada una de las acciones dramáticas de los personajes. Nada es gratuito ni arbitrario. La resolución de momentos clave de la obra (violación y mutilación de Lavinia y su muerte, el asesinato de los hijos de Tito Andrónico, entre otros), así como los recursos referidos a la disposición espacial, iluminación y ambiente sonoro son muy bellos. A pesar de ser una obra sangrienta no hay golpes bajos ni grand guignol. Todo lo contrario. La puesta resplandece por consumar todos sus aspectos en términos artísticos.
    El elenco es admirable. Oscar Sandoval Martínez tiene una efectiva aparición como la oscuridad; Pam Morrison da muy bien los dos momentos de Lavinia, antes y después de su maltrato; Fernando López como Lucio-Quirón, tiene un excelente dominio del cuerpo, logra momentos emotivos conmovedores y construye un vínculo con su padre y su hermana que cala hondo; Mimí Ferraro transmite con sutileza, sin obvias exteriorizaciones, la crueldad, la lascivia y el espíritu intrigante de las peores mujeres de Shakespeare; Fernando Blanes, a quien habíamos admirado en Paria, de Strindberg, crea un Tito Andrónico excepcional, pasando por todos los terribles estados emocionales exigidos por su personaje y logrando un excelente crecimiento dramático hasta llegar de un modo extraordinario a la característica ambigüedad entre normalidad y locura propias de las obras del bardo; Adrián Sett como Demetrio-Saturnino, a quien no conocíamos, nos dejó perplejos. Es un actor fuera de lo habitual. Le sobran recursos actorales de todo orden y por sobre todo posee ese plus propio de los grandes intérpretes. Su trabajo tuvo una entrega emocional y concentración abrumadoras aun en las escenas donde predominó lo corporal. La entrega a sus dos personajes fue total, pasando de uno a otro, muy distintos entre sí, con una comodidad sobresaliente.
    El vestuario, la escenografía y la iluminación son muy atractivos. Además de crear los climas necesarios para semejante obra, se destacan por su factura dramática y artística. Fue un verdadero logro, entre otros, la abstracción de las cabezas cortadas de dos de los hijos de Tito Andrónico.
    La imagen final de Lucio siendo coronado emperador fue tremenda por su poder expresivo y polisemia respecto del sentido del poder.
    Al salir como espectadores teníamos ese doble sentimiento de placer por haber estado en contacto con el arte y a la vez tomados por la angustia típica del sentimiento trágico de la vida. Pocas puestas en escena consiguen esto...
    Almas en el arte
  • 11/09/2015 14:33
    Almas 2
    4 de septiembre de 2015
    TITO ANDRÓNICO
    Para los amantes del arte teatral
    La vimos.Es genial!!!
    La adaptación y dirección de Martín Barreiro revela un profundo conocimiento de Shakespeare.Su puesta en escena justifica cada una de las acciones dramáticas de los personajes. Nada es gratuito ni arbitrario. La resolución de momentos clave de la obra (violación y mutilación de Lavinia y su muerte, el asesinato de los hijos de Tito Andrónico, entre otros), así como los recursos referidos a la disposición espacial, iluminación y ambiente sonoro son muy bellos. A pesar de ser una obra sangrienta no hay golpes bajos ni grand guignol. Todo lo contrario. La puesta resplandece por consumar todos sus aspectos en términos artísticos.
    El elenco es admirable. Oscar Sandoval Martínez tiene una efectiva aparición como la oscuridad; Pam Morrison da muy bien los dos momentos de Lavinia, antes y después de su maltrato; Fernando López como Lucio-Quirón, tiene un excelente dominio del cuerpo, logra momentos emotivos conmovedores y construye un vínculo con su padre y su hermana que cala hondo; Mimí Ferraro transmite con sutileza, sin obvias exteriorizaciones, la crueldad, la lascivia y el espíritu intrigante de las peores mujeres de Shakespeare; Fernando Blanes, a quien habíamos admirado en Paria, de Strindberg, crea un Tito Andrónico excepcional, pasando por todos los terribles estados emocionales exigidos por su personaje y logrando un excelente crecimiento dramático hasta llegar de un modo extraordinario a la característica ambigüedad entre normalidad y locura propias de las obras del bardo; Adrián Sett como Demetrio-Saturnino, a quien no conocíamos, nos dejó perplejos. Es un actor fuera de lo habitual. Le sobran recursos actorales de todo orden y por sobre todo posee ese plus propio de los grandes intérpretes. Su trabajo tuvo una entrega emocional y concentración abrumadoras aun en las escenas donde predominó lo corporal. La entrega a sus dos personajes fue total, pasando de uno a otro, muy distintos entre sí, con una comodidad sobresaliente.
    El vestuario, la escenografía y la iluminación son muy atractivos. Además de crear los climas necesarios para semejante obra, se destacan por su factura dramática y artística. Fue un verdadero logro, entre otros, la abstracción de las cabezas cortadas de dos de los hijos de Tito Andrónico.
    La imagen final de Lucio siendo coronado emperador fue tremenda por su poder expresivo y polisemia respecto del sentido del poder.
    Al salir como espectadores teníamos ese doble sentimiento de placer por haber estado en contacto con el arte y a la vez tomados por la angustia típica del sentimiento trágico de la vida. Pocas puestas en escena consiguen esto...
    Almas en el arte
  • 27/07/2015 11:59
    Carlos R 5
    OBRA TEATRAL: “Tito Andrónico” de William Shakespeare.
    Dirección: Martín Barreiro

    Tito Andrónico, el gran general romano, regresa victorioso a Roma tras una larga guerra contra los godos del norte. Tito, para celebrar la ceremonia en honor a la victoria, hace un sacrificio humano: elige a Alarbo, hijo mayor de Tamora, reina de los godos, y que posteriormente se convierte en la nueva emperatríz de Roma elegida por Saturnino. Aprovechándose de su nueva situación, Tamora engaña a Saturnino para infligir toda serie de miserias a Tito. Le arrebatan dos hijos, hace que sus hijos violen a una hija y le corten sus manos y lengua para que no pueda decir quien la violó, y fuerzan a Tito a cortarse una mano. Lucio emprende una revuelta contra el emperador, quien accede a hablar con él. Tito apresa a los dos hijos restantes de Tamora, los cocina y sirve en la cena. Al final, Tito mata a su hija para evitarle la deshonra de seguir viviendo sin manos ni lengua y asesina a Tamora. En la reyerta que se sucede mueren Tito y el emperador.

    COMENTARIO: Un clásico del 1593 que mantiene vigencia hoy día sobre el poder, la violencia con que se ejerce el mismo y como desde ese 'trono' se puede inclusive marcar vidas humanas. Un clásico de la humanidad que tan genialmente ha mostrado Shakespeare.
    La obra (guión) es violenta y el director se ha encargado de mostrarlo, algo que Martín Barreiro sabe manejarse bien. El elenco completo hace muy bien su trabajo, poniéndose en voz, dicción y desmesura el grado de exigencias que necesita este tipo de obras. Sobresale en composición Fernando Blanes como Tito, haciéndose cargo de tal personaje y su voz espectacular y sentir profundo, un Oscar Sandoval Martínez con gran capaciadad para la declamación encargado de situar al espectador en este gran drama, Adrián Sett en dos personajes distintos muy bien ubicados por él, Mimi Ferraro en una Tamora medida quizás pudiendo jugar más su ardid y como se dijo, todo el resto del elenco acompaña con alto profesionalismo.
    Muy bien resuelta la escenografía, minimalista pero llena de símbolos con una gran estética plástica a la hora del juego de los cuerpos.
    El vestuario es un poco atemporal, queriéndose transitar el vanguardismo, que en este tipo de obras y ante el arrojo de directores se puede optar.
    RECOMENDABLE *****
    Carlos Rapolla - Docente y Director Teatral MET