28/09/2004 10:44 El P 2 Hay dos relatos: uno, traduce las claves del Golem. Otro, aviva los fuegos voraces de la resistencia. Pero hay un solo relato. Y es el que desnuda la naturaleza del artista. Porque entre un rabino que juega con las letras ocultas del nombre de Dios, y un libertino que incendia los cielos de la opresión ¿No hay, acaso, un artista? Hay, entre las múltiples máscaras del artista, una que revela su desobediencia, su falta de adaptación al sistema. Sistema que, además de ordenar las estructuras sociales y económicas, disimulando en el logos jurídico-administrativo su lógica caprichosa y sangrienta, vacía al hombre de sentido vital. Estamos aquí, existimos, el paraíso es éste para nosotros, y deseamos tomar los frutos de los árboles prohibidos. Queremos jugar a pleno el juego: amar, crear, buscar. Anhelamos el amanecer entre las aguas del deseo, hacer el amor hasta rendirnos en la pequeña muerte del sueño, decubrir el significado profundo de las palabras, enamorarnos, subirnos al corcel desatado de la música. Pues bien, alguien ha decidido por nosotros. Y le puso cadenas a los pies y a las manos. El artista está allí, para romperlas.
28/08/2004 01:12 Hugo Muy buena puesta, que aprovecha todas las posibilidades de la obra. Sobrias y convincentes actuaciones. Me gustò lucho la América que compone Silvina Segundo. Altamente recomendable
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