Opiniones sobre Siguiente, por favor

  • 18/06/2014 19:24
    Lita L 28
    Siguiente por favor de Ana Maugeri y Belén Wedeltoft
    El escenario despojado recibe a un hombre y una mujer cuyo objetivo, según relatan es ser atendidos para realizar algún tipo de trámite. No están solos, los acompañan dos maniquíes con los que se desplazarán por ese espacio vacío y que por momentos parecen impulsarlos a decir lo que realmente piensan y sienten. El vínculo que los acerca y por momentos los aleja instala situaciones entre risibles y absurdas que se van tornando reales a medida que podemos vislumbrar sus historias. Es un encuentro de dos seres cuyas experiencias de vida son diametralmente opuestas. Los “años de plomo” le dejaron huellas; no obstante, no se instala la historia desde lo patético, desde el drama: se habla, se discute acerca de lo vivido, pero entre caminos intrincados de metáforas y situaciones concretas pareciera acercarlos en un final ficcional entre acuerdos y desacuerdos para intuir – el espectador – que se pueden restañar heridas y que se puede mirar al otro comprendiendo experiencias de vida, cuando se es ajeno al destino y la ideología de sus padres. La relación dialéctica entre los personajes es dinámica, los retrueques, las situaciones hilarantes distienden el fondo de la historia. Ella , hija de desaparecidos, él hijo de un represor, con esto está todo dicho. El encuentro también es viable, hablar de Tolerancia, es posible.
    Las actuaciones de Romina Pinto e Iván Steinhardt tornan convincente las personalidades de los seres de ficción y las historias que relatan permiten entre risa y reflexión, disfrutar de ese juego de acciones y palabras. La dirección del espectáculo, particularmente sobria, realza aún más la potencialidad del texto. Un espectáculo para reflexionar con una sonrisa. recomendado para todo público , en particular para los jóvenes que no siempre tienen acceso a esta temática. Hablar de los desparecidos sin estereotipar las historias no siempre es frecuente y Siguiente , por favor es un interesante punto de partida para instalar el tema desde una óptica diferente: la de la mirada oblicua, desde la comprensión y el relativismo de las conductas humanas.