Opiniones sobre Matto Grosso

  • 15/12/2013 14:17
    Luciana B
    Le pregunté a mamá artista si le había gustado la obra, fue a verla sin saber NADA, porque quería que lo viva y me cuente que le pasó. Les comparto parte de lo que me respondió, muy brutamente escrito por mí, hubiese sido genial que se los cuente ella, porque mamá habla desde el alma con los ojos. Pero más o menos es esto:
    No podes decir que te gusta o no te gusta la obra, porque se vive, es un torbellino de sensaciones. Te despierta el asombro.
    El lugar tiene una energía muy particular, ya desde que entras a CASA SOD te sentís agradecido de lo que va a venir. Todos son como personajes, desde Patricia hasta el mozo que es como una especie de arlequín.
    Cuando entras, entrás al matto grosso, no a ver una obra. Te encierra, te sentís adentro. Entrás y ya te atrapó. No era un escenario, la vegetación era parte nuestra y nosotros parte de ella. Las sombrillas te tapan los edificios, no ves ciudad. Está muy bueno, porque sos consciente que estás en el medio de Palermo, pero liberado del cemento. Te hacen sentir importante, cuidado dentro de la selva, te reciben con eso para tu comodidad. Ni hablar de que se le hundieron los tacos en el barro, y eso la hizo sentirse aún más parte de la selva.
    No parecemos actrices, cuando vamos entrando parece que brotamos de la tierra. Somos como gnomos. Como si fuera algo de otro universo donde la vida son otros seres, no humanos. Por momentos parecemos muchas más de las que somos, y en otros la luz de cada una va brillando más que el resto, y después en perfecta comunión se produce un estallido. Todo se refleja en manera impecable, cada una va dejando algo. Y ese algo es enorme, las particularidades de cada una, todo auténtico, la expresividad de los rostros… Irradia que somos los elegidos. Nosotras muy etéreas, pero cuando nos quedamos “desnudas” vio que cada una tenemos la misma fuerza de la chamana, de la selva, tanto por el momento como en lo que emana cada uno de los cuerpos.
    Recién reaccionó que eramos actrices cuando salimos a saludar con la ropa propia.
    Me preguntó si siempre pasaba que el publico no se iba, a lo que respondí que no. Y dijo que a ella también le pareció extraño, pero estaba esa sensación de estar atrapados ahí dentro, como una energía que los absorbía hacia la tierra. Costó volver a la realidad, algo te hace quedarte ahí, querés ver más. Por qué se terminó?
    Haien le pareció dulcísima, tan fuera de todo al no tener nada en común con nosotras, hizo hermoso un cuarteto que tanto odia. Un momento con paz casi mágica.
    La presencia de la chamana, impecable, se nota mucho la diferencia entre ella y nosotras. No lo dijo particularmente por calidad de actuación, sino en el sentido de los dos cuerpos.
    Esto es hasta gracioso, pero dice que la risa de Ciro está en el momento justo. Están anonadados viendo, y no se sabe si reírse o no, por ejemplo con Selene, porque te crees tanto lo que pasa, y que el conflicto es real y que vos también sos parte de ese conflicto, estás hermosamente atrapado.
    Me dijo también que no se puede apreciar todo porque es muy ancho el espacio y hay vegetación que tapa, y que por momentos sentía la necesidad de pararse e ir caminando entre las personas para ver qué pasaba en cada rincón. Y también que todo no se escuchó bien y en especial al principio, pero a la vez es como que no importó si se escuchaba o no porque la obra pasa por otro lado, que el texto queda en segundo plano.
  • 13/12/2013 12:17
    Irma 2
    El Matto Grosso te atrapa, te lleva, te sorprende, una experiencia teatral que hay que vivir!
  • 13/12/2013 11:38
    Andres
    Me divertí mucho, me gusto la idea , la propuesta, la actuación y sobre todo el espacio donde sucede. Gracias.