06/05/2014 10:20 Opinión D 7 La Pasión ha vuelto. Y en una versión que supera a la anterior. En este reestreno los intérpretes hicieron gala como nunca de su gran caudal vocal. Las versiones de las canciones son aún más complejas, más polifónicas, con interesantes contrapuntos y coreografías renovadas y funcionales.
La puesta es más ágil, menos solemne, y aparecen con más claridad los rasgos humorísticos subyancentes de la obra. El escenario de El Espión es más pequeño y el director sacó partido del nuevo espacio, con una versión menos sinfónica, más camarística y, no obstante, más potente.
Con un Hijo con mayor presencia escénica y vocal, se enriquece el vínculo con el Padre, que gana en ambigüedad y sensualidad.
Sin duda encontramos en esta obra algunas de la mejores canciones de Hernán Vidal, con versiones memorables de Alemania y el nuevo final de Evangelízame a cargo de una Marina Ríos absolutamente conmovedora.
Una obra que siempre merece volver a verse y más aún con todas sus novedades.
06/05/2014 10:20
