Opiniones sobre Los talentos

  • 15/03/2012 00:52
    Mabel K 6
    regular, regular
  • 14/11/2011 14:45
    Silvia B 7
    Francamente divertida
  • 06/11/2011 16:15
    Guillermo G 34
    ¿Qué pueden tener en común los Budas de Bãmiyãn con dos jóvenes veinteañeros que conocen la vida a través de los libros y prefieren permanecer encerrados en una campana de cristal evitando sumergirse en un mundo que no comprenden y los intimida?
    La obra ensaya una respuesta posible: ambos miran el mundo “desde arriba”, juzgando con soberbia, desde las alturas -como dioses del Olimpo-, las conductas humanas que no quieren aceptar como propias.
    Los jóvenes, como algunos intelectuales, esconden sus temores detrás de escudos -blindajes de diferentes colores- que ellos consideran los protegen de su ignorancia sobre la fragilidad de la condición humana. Vulnerabilidad que, a pesar de su negación, aflora permanente en la reacción de los dos personajes centrales de la obra frente a las circunstancias que la vida inevitablemente les impone.
    Dónde se hace más evidente su incapacidad vital es en su relación con el sexo opuesto. Ambos están enamorados de la hermana de su mejor amigo, quién es el único canal que tienen para comunicarse con el mundo real en el cual circulan el resto de los chicos de su edad. Uno de ellos apenas se atreve a confesar éste amor; mientras que el más soberbio -el más intelectual- ni siquiera advierte sus sentimientos y prefiere banalizar a la persona amada.
    LOS TALENTOS nos muestra con una metáfora, que aprisiona al espectador desde su inicio hasta el final, cómo la mera agregación de conocimientos no necesariamente es acompañada con un mejor y más profundo saber sobre lo humano y todo aquello que lo rodea.
    A partir de este ensayo podemos inferir al menos dos consecuencias (moralejas) sobre las cuáles el espectador es invitado a reflexionar. La primera consecuencia se refiere al individuo que padece este síndrome defensivo que, temprano o tarde, lo anula y lo conduce a la soledad y al aislamiento, es decir al sufrimiento. La segunda enseñanza es de carácter social, ya que esos TALENTOS desperdiciados, mal empleados, privan a la sociedad de la posibilidad de ampliar sus horizontes y de enriquecer los matices que la pueblan.
    Guillermo Genta 7/11/11
  • 06/11/2011 12:52
    Guillermo S 15
    muy buena obra
  • 06/10/2011 05:46
    David 80
    Excelente. Si bien cuesta entrar los primeros minutos en las actuaciones un tanto sobre cargadas, todo va tomando sentido. El texto es magnífico y los recursos, notables. La pasé más que bien.
  • 02/10/2011 01:14
    Jaime V
    Mi primera experiencia en teatro argentino.Sobresaliente.
  • 29/09/2011 10:34
    Alfredo W
    Una obra tragicómica con excelentes dialogos e interpretaciones.