Opiniones sobre Díptico

  • 04/04/2010 12:53
    Natalia F 56
    “La Satisfacción del dueño es el paraíso del señor. Nuestros oídos tiemblan como un arpa, al son de la orden. Sentados y tapiados están nuestros labios todo el tiempo. Excepto para decir: “No señor. En seguida señor. Cierto señor. Quédese tranquilo, yo no he visto nada...señor" (de La sonrisa de los siervos de Lucas Olmedo).

    Cuando la dramaturgia es exquisita permite que todo el resto devenga tal. Estas dos obras, y cada una de ellas en su total individualidad, se animan a contar – con eximia teatralidad- un lugar incómodo. La sencillez que da titulo a una de ellas tiene que ver con la espontaneidad; de ahí la mágica tensión que provocan sus diálogos; tiene que ver con la franqueza, con la inocencia. Nobles son los seres que aún conservan tamañas virtudes. Cautivas (y cautivos) – la subversión del sexo como recurso de extrañamiento es una genialidad-del uniforme, repletas de condicionamientos, solas, negadas de individualidad, creen estar asfixiadas de sí mismas o una de la otra pero sólo son objeto de la reformulación moderna del abolido fenómeno de la esclavitud. Ellas son lindas, tiernas, tristes, cansadas. Nadie está solo en el cansancio, hay un instante- como dice un poeta- en que todos lo estamos, pero ellas se encontraron para compartirlo; todo un hecho revolucionario.
    En Ella merece lo mejor, la segunda obra- cuya sucesión a Sencilla es otra genialidad-se cuenta quien es quien en el juego del amo y esclavo. Es tal la astucia dramatúrgica que este matrimonio Kitsch nos exaspera, nos tensiona, nos recuerda la impostura más penosa del ser humano, la mediocridad, la desesperación por encontrar un motivo para vivir, naturalizando sus propias miserias y exaltándose -excitándose también- con su pretendida lástima por las ajenas. Pobres alienados. Una suerte de enrejado de madera que separa al público del escenario hace las veces de ventana y ya nos adelanta algo de lo que -históricamente- nos divide, nos separa, nos clasifica, nos compartimenta. A mi gusto, otra genialidad.
    Las actuaciones son brillantes. Ellos-los actores- son enormes. Ellas- las obras- son imperdibles. El clima de amabilidad y armonía del espacio es digno de celebrar y agradecer.
  • 15/02/2010 13:42
    Marisol C
    Queria comentar que me emocionaron mucho las dos obras. De distinta manera, pero la emocion siempre esta a flor de piel. En Sencilla vi una soltura por parte de los actores q traducia verlos comodos, disfrutando de lo se contaban en ese banco de plaza "que es el mismo" "como decis???" "digo, que es el mismo q estaba del otro lado..." Tilde con su capacidad de manejar la situacion a su antojo pero preocupandose por el otro. Prieto: agradecida con que alguien le hable y se interese por ella. Dulzura en su mirada y delicada en sus movimientos. Ambos personajes daban ganas de quedarse ahi: del otro lado del parque, viendo como se conocian... Excelente texto, y gran actuacion por parte de ambos!
    Ella merece lo mejor, despierta otra cosa, desasosiego por momentos, perdida temporal, esta pasando o es algo q ellos imaginan??? Que desean? Es algo q pasa todos los dias o realmente LA decide irse?
    Como tratamos al q nos rodea? Como somos con nuestro propio encierro? que decisiones tomamos para estar dentro del invernadero de nuestra casa? Que nos hace especiales o incapaces?
    El Señor y La Señora: opuestos complementarios? Disfuncionales q se acostumbran a lo q hay? ganas de progresar o ganas d contaminar?
    Actoralmente muy presentes ambos, seguros del lugar q ocupaban. felicito a ambos tb!
    A su director y sus dramaturgos. felicitaciones tb! Gracias por mostrar cosas diferentes.
    Y ese teatro es un sueño! A difundirlo!