25/10/2009 15:57 Ricardo E 37 Recordaba con emoción la puesta de Jorge Hacker demasiados años atrás de La Cocina, cuando Buenos Aires admiraba las obras de los dramaturgos ingleses.
Al ver ésta muy pobre Cocina, pensé si los autores ingleses ya estaban envejecidos, pasados de moda. Sin embargo recordaba haber visto pocos años atrás buenas propuestas de Greek o la "inconclusa" Atendiendo al señor Sloane.
No entiendo muy bien qué se quiso hacer con esta obra. No puede ser que la actual situación económica del CTBA haya producido una obra tan pobre en todo sentido. No se entiende una cocina tan berreta para un restaurante tan chic; si bien se ha apartado de todo naturalismo, los platos de plástico vacíos, hacer que se rompen huevos inexistentes, ausencia de verduras en las bandejas de verduras, pavas inverosímiles (kitch?)...
No es un musical, no es El Descueve, no es El Cubo (es el Regio, que lamentablemente aún no puede solucionar el problema de la mala acústica). Había público bostezando, no hay acción a pesar del premeditado movimiento frenético que Zanca introduce en la obra. Hasta la reiterada queja final de Puppo queda fuera de contexto.
No hace mucho el CTBA montó El Pan de la Locura, y sin tanto "seamos actuales y super modernos", había un despliegue poético de la harina, el pan, los panaderos, realmente notable. Aquí todo es cartón pintado (aunque posiblemente ésta haya sido la intención).
Pero no todo está perdido. Hay elementos nuevos, como ser el suspenso que no existía en la puesta de Hacker, especialmente cuando el público tiene miedo que se caigan al suelo los platos que los actores-no-malabaristas se tiran entre ellos. También aparece el kitch con canciones paraguayas muy bien cantada. ¿Algo de comic? (Algo del aceite de Boggie?
Aplauso merecido al esfuerzo de los actores.
Al mismo tiempo el CTBA presentaba Marat-Sade, con dramaturgia, música
06/09/2009 10:22 Fernando T Lo mejor la escenografía y el vestuario.
Entre los actores, Juan Carlos Puppo les saca varios cuerpos a todos. Entre los de reparto hay varias actuaciones buenas. En cuanto a los protagonistas, muy poco, apenas, a penas...
Si lo consideramos un espectáculo de teatro de aficionados barriales, es buena.
Si se trata de teatro de primera línea, es muy pobre. Casi que bailan, casi que cantan, casi que hacen acrobacia (se chocan entre elllos) y malabarismo (menos mal que los platos son de plástico porque se les cayeron varias veces)... no pasan el jurado de Talento Argentino.
Es la segunda puesta de Alicia Zanca que veo (ya me clavé con su Romeo y Julieta¿?). Trataré de escarmentar y no olvidar la próxima vez.
Si Arnold Wesker es esto que vi, no merece estar en el recuerdo al lado de Osborne, Beckett y Pinter. Si lo que escribió es otra cosa, que se joda por haber autorizado esta versión.
03/09/2009 14:59 Matias debe ser otra copia como romeo y julieta.
25/10/2009 15:57
