Opiniones sobre Popesku debe morir

  • 09/04/2014 15:35
    Marisa
    popesku! una obra con excelentes actuaciones ademas de los guiones y el sentimiento con el que interpretan los hechos es maravillosa....sin excepcion de las partes comicas es un espectalo muy bueno, lo recomiendo...
  • 09/12/2012 18:38
    Esteban S
    Espero que podamos tener la oportunidad de volver a ver esta obra en el Teatro Nacional Cervantes. Trabajos de este tipo son un orgullo para todo el país y recuperan la fe en las jóvenes compañías, sus directores y sus autores y actores. Veo mucho teatro y confieso que esta obra está más allá de toda calificación. Increíble. Muchas felicitaciones a quienes nos regalaron trabajo de tanta belleza.
  • 05/12/2012 11:25
    Adriana
    ¡Brillante! Vi la obra en el ciclo del Cervantes y quisiera no sólo recomendarla para aquellos que no pudieron verla, sino felicitar a todos y cada uno de los miembros del grupo que puso en escena esta joyita. Un texto movilizante a más no poder, actuaciones comprometidas intensas, una obra de un nivel impresionante. Cada detalle me hacía sentir la calidad de un teatro que rara veces se ve en Buenos Aires y que sería bueno que pudiera regresar una vez más. Cuando una obra no se va de tu cabeza luego de haber terminado, si sus textos siguen dando vueltas, entonces es que has presenciado un espectáculo mayor y es lo que fue esto. Felicitaciones a todo el grupo por un regalo d etanta pero tanta calidad
  • 20/11/2012 12:16
    Roberto B
    EXCELENTE!
    ¿Se llamaba Uslivania, Chile, Bolivia, acaso era Argentina, El Salvador, Venezuela, Cuba o quizá era Chiapas? No recuerdo el nombre, el lugar. Sólo aquellos cuatro con paso firme, voz contundente, una brasa ardiendo es su mirada al decir: ¡Basta¡. Tan distintos y tan iguales aquellos cuatro, como un pueblo, como una ciudad, como un mundo. Basta repiquetea en mi pensamiento y me uno a ese coro, desde una butaca en el Teatro Nacional, con esos cuatro, voz en cuello. ¡Basta, digo! Basta a la apatía me repito, basta a la sumisión, es una rebeldía este grito; sí, cavilo repitiendo en silencio su nombre: Popesku debe morir.
    La maestría de Guillermo Montilla en la dirección teatral es evidente, un ácido que lacera la memoria, una bofetada a la vergüenza –nuestra apática vergüenza- La soberbia actuación de estos cuatro caballeros andantes en las tablas crean una pieza magnífica de una sencillez contundente que la hace grande y de paso, hizo olvidarme que estoy en un teatro -Teatro Nacional de El Salvador- pero que emoción sería encontrarlos en la vida diaria, la de hoy, la de a pie, la de todos los días, los días de esta América tan golpeada.