03/09/2018 19:59por Sebastian 4 Me pareció una gran obra!, se notó la pasión y el laburo. Los actores ponen todo y la música y las visuales en vivo suman muchísimo.
Tremendo trabajo, muy recomendado!!!!
03/09/2018 19:13por María B 16 Excelente obra, una caricia para el alma, imposible no llorar, todos tenemos sentimientos, culpas, remordimientos que nos angustian por no ser expresados, muchas veces por timidez, no saber decir o usar la palabra adecuada...
Existe una coordinación perfecta entre el padre que siente culpa y desazón por no haber podido demostrar el amor hacia su hija y a la vez la bronca que esa falta produjo a lo largo de la vida en ella, el reclamo a su padre... y la angustia y la necesidad de perdón reclamado por su padre..
Gracias Sandra Paul y Adriana Prado por la recomendación.
Gracias H. Bidonde y Silvia Kauderer por tan inmensa interpretación y por la calidez brindada en la recepción...
03/09/2018 19:11por Fernando 7 Hay que estar atentos al momento de leer las críticas a las obras. En este caso, todos calificaron la obra de muy buena para arriba. Y la realidad es que seguramente habrán sido hechas por alumnos del teatro y amigos de los actores y/o directora. Perdón, pero la verdad no ofende. Son cuatro cuentos rusos, con un buen contenido, pero bastante mal actuados, salvo uno, el de la Ama de la Casa y la criada. El resto de las actuaciones dejaron bastante que desear, por momentos aburrían.
03/09/2018 18:55por Gabriel B 2 Muy buena obra. El aquellarre del comienzo y como se va desarrollando todo te deja pendiente en todo momento. Felicitaciones
03/09/2018 18:29por ALBERTO O 28 Excelentes autuaciones y dirección para un texto pobre. La idea general que rige el texto confluye en frases y situaciones en extremo redundantes, repetitivas y predecibles. La necesidad de acentuar la idea indujo al autor a narrar situaciones desgraciadas sin excepción. Dudaba en emitir mi opinión por el extraordinario esfuerzo de producción y actuación que exige la obra y por la calidad de teatro independiente, tan castigado por un gobierno para el que la cultura es una mala palabra.