29/09/2019 12:19por Claudio R 5 La Diosita, un unipersonal encarnado por la Diosa Mariana Mollo, pero no una diosa con minúsculas como la del apelativo utilizado para remarcar la belleza física de una mujer, sino con mayúsculas para designar el coraje de reinventar un mundo que, luego de haberlo creado, parecía asomarse a esa fascinación que le produce a la especie humana el abismo, y desmoronarse irremediablemente para siempre.
La Diosita teje mientras organiza el pedacito de cielo que le permite tener influencia sobre la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Una lluvia por aquí, un tornadito más allá, algunos truenos, y cientos de pócimas para curar el alma y los bolsillos de los mortales.
Mientras teje en punto Santa Clara (el Jersey no le sale muy bien), va enhebrando en cada alzada historias de vidas, preguntas filosóficas, científicas, mitológicas; con una intertextualidad atrevida cuyo abanico va desde el sainete hasta el Aleph de Borges. “Será que el universo cabe en la canasta de fondo infinito, y lo estoy asfixiando con la pashmina, o será que estamos tejiendo el universo”.
Si bien la Diosita es eterna, parece que en su puesto de trabajo estuvieron otras antes, siempre mujeres, entre las que se destaca Eva Duarte.
Es desopilante asistir a un Olimpo ampliado, que funciona como un enorme ministerio organizado al mejor estilo burocrático weberiano, donde los trámites con sus consabidos formularios parecen perderse en el laberinto kafkiano de El proceso. Es que la Diosita quiere renunciar, cansada de ponerse tanta tarea al hombro. Espera con ansiedad el llamado interestelar que la libere del yugo. La Diosita es todas las mujeres en una, o todas las facetas cotidianas de una mujer.
Para quienes peinamos canas, y en mi caso ya sólo en la barba que no hay pelo que se enrende en mi peine, hay guiños muy sutiles a los cambios de humor de los personajes de Niní Marshall y a la vis cómica de la sensualidad desbordada y grosera de Nelly Lainez. También asoman los discursos políticos y el humor ácido: hay que usar pelo de llama para la pócima de la fortuna, si usas pelo de gato, caes en la mishiadura seguro.
A pesar de la lejanía que de por sí podría generar asistir al ritual de un día en la eternidad de un ser mitológico, La Diosita como espectáculo nos acerca a la construcción de un biodrama. Tal vez de allí provenga la empatía que provoca en el espectador, quien no puede dejar de sentirse alcanzado por sus pócimas de amor.
En cuanto al desenlace….no, no se los voy a contar. Les diría: “No se la pierdan”, pero asistí a la última función; aunque la Diosita, al mejor estilo de Eva, amenaza con volver y prodigarse en millones de aplausos que una vez más misturarán las risas con el llanto.
Claudio Rey.
22/04/2016 23:53por Claudio R 5 Excelente trabajo de los actores y de las actrices. El texto de la obra ofrece una enorme complejidad a la hora de realizar acciones dramáticas. Esto queda muy bien resuelto con actores que no 'dicen' el texto, sino que lo llenan de imágenes, al punto de poder, el espectador, ver el bosque, oler el humo, sentir dolor. La música en escena suma mucho, también la versatilidad del elenco, tanto en el uso del cuerpo como de la voz. La obra se resignifica, con las lamentables tragedias a las que asistimos atónitos como sociedad (Cromañón, Time Warp). Muy recomendable.
17/04/2016 17:23por Claudio 5 Excelente ¿comedia? Vayan a verla, permite descorrer varios velos, y tras la aparente superficialidad de los personajes y de la historia; pueden verse aspectos muy crudos de la dominación, tanto masculina (la disputa de las cuatro mujeres por el mismo falo), como dentro del mismo género, de parte de las más ¿fuertes?, hacia las más ¿débiles?.
02/05/2011 20:22por Claudio R 5 Una obra con un balance perfecto entre la magia y el teatro. Excelentes actuaciones, un guión impecable, efectos de magia asombrosos, y un ritmo desde la dirección que no da respiro al espectador. Felicitaciones!
