Opiniones de Mónica S

  • Dos mujeres 10

    01/11/2004 15:08 por Mónica S
    “Dos mujeres” nos invita a mirarnos bajo los parámetros de su propio espejo. Nos confronta con nuestras bondades y miserias, con aquello que somos. Nos da la posibilidad, por una vez, de sincerarnos con nosotros mismos. Así podemos, quizás con suerte, apropiarnos y asumir nuestra soledad, pero no ya desde el lugar de la queja y del padecimiento, sino desde el lugar de la aceptación (de la propia elección), de que en realidad nos resulta cómodo, seguro. Pero bueno, nos quejamos como sujetos en falta que somos. Nos enfrenta con la cobardía, preferimos aquello conocido, antes de arriesgar algo de nosotros, nos habla del egoísmo. De lo imposible que es poder compartir.
    “Dos mujeres” comparte un sentimiento, una ilusión, pero cada una lo vive de forma tan distinta que en realidad parecieran sentimientos antagónicos. Tal vez, sucede esto porque uno no puede mostrarse, manifestar su esencia; es la mirada de lo otros que nos condiciona, y a su vez, nos construye en lo que somos. Quizás, lo espectadores, silenciosos pero juiciosos, juegan este papel a modo de comparación con la sociedad.
    En la obra “sobrevuela una brisa” de comicidad, que vela lo dramático. El ritual casi obsesivo por querer agradar al otro se pone de manifiesto, quedando latente la ruin sensación de soledad. Querer agradar a aquel que no se conoce, y surge la pregunta, si en realidad se conoce verdaderamente al que se tiene al lado. Metáfora que encubre, quizá, que no buscamos agradar al otro, sino que lo usamos como medio para ocultarnos a nosotros mismos, nuestras propias miserias.
    En la obra se juega un elemento como aquella reminiscencia a la infancia. Quizás para muchos es aquel objeto perdido, ese juguete sin el cual no podíamos dormir, aquel que nos daba seguridad y su permanencia incondicional. Aquí aparece un osito de peluche, que representa aquel niño que alguna vez fuimos, pero con la variante, que en esta obra se lo invita a jugar un papel en la vida adulta. Se conjuga la infancia con la madurez. Infancia que nos determino en lo que hoy somos, pero muchas veces olvidada. También este osito por momentos simboliza a aquel hombre que pronto llegará, de modo conciente. Pero en realidad representa el ideal de hombre que una mujer desea, en sentido inconsciente. Entonces, quizá, el osito representa al príncipe azul de la infancia. Al cual fuimos renunciando a medida que lo años fueron pasando.
    En “Dos mujeres” no existe en forma real la pelea por este hombre que llegara, lo que se juega realmente es la necesidad de recuperar el deseo por el príncipe azul. Es una excusa para poder conectarse con sus propios deseos.
    Clara podrá recordar, confrontarse con la verdad, pero en realidad todos somos culpables, en tanto que, construimos nuestras vidas, decidimos, elegimos, y es necesario responsabilizarse de aquello que nos dicta nuestro deseo.
    Mis felicitaciones a las actrices y al director.