Opiniones de Leandro G

  • Memoria de Alicia 20

    05/11/2014 17:59 por Leandro G
    1. La mejor vuelta a Lewis Carroll (matemático, poeta, fotógrafo, pedófilo, tartamudo, inglés) es el rescate de sus procedimientos, no así de sus contenidos. La historia no importa para nada en un 'país de las maravillas' que solo se menciona en el título de la obra. Importa el juego, la inversión de roles, el cuestionamiento incesante y perturbador. 'Memoria de Alicia' toma ese camino, evitando el primer paso fallido de las adaptaciones cinematográficas. Hay más Carroll en una canción de Spinetta que en una película de Disney.
    2. Y por la misma búsqueda de procedimientos, 'Memoria...' es una obra territorializada. Está la Argentina, el Oeste, la guerra sucia, la lengua española. Incontables particularidades biográficas del autor y del elenco, que la hacen única. Como aquella, esta Alicia es un testimonio de los sueños (y las pesadillas) de su tiempo. El poema de Humpty-Dumpty, nuestro Arroz con Leche.
    3. En 'Memoria...' podemos ver, a la luz del debate contemporáneo, el lugar de la mujer y del niño en nuestra sociedad. El abuso de poder es uno de los temas de Alicia y esto podemos encontrarlo en la obra original, más allá de las sospechas -fundadas- en torno a la vida privada del autor. El abuso de la mujer, del niño, de los animales. La hermana mayor que protege y domina a la hermana menor. Los hombres que miran. La autoridad que da la fuerza o el saber. O la locura, puerta a un mundo sin identidades ni moral.
    4. Es menester que sea teatro. La exhibición del artificio teatral es constitutiva de la dramaturgia y de la puesta. En este sentido, puede ser vista como una lección. No basta con tener a los actores delante nuestro para sentir sus cuerpos presentes: están acá, en escena; pero también están en nuestro tiempo, en nuestro país y están haciendo Teatro, persuadiéndolos de que no podrían estar haciendo ninguna otra cosa. En la era de la reproductibilidad, el privilegio es enorme.
    “Memoria de Alicia” no cuenta una historia -aunque haya historias-, si no que recrea un Mundo, con sus propias causalidades y su propio lenguaje. Un mundo donde vive Godard (sin Truffaut), donde suena Lennon (sin McCartney), donde Lynch es el Señor y a Tim Burton no le dieron la llave.