29/04/2019 18:22por Sófocles 27 Creo que podría haber sido una gran obra y no lo fue. Tener un actor como Angelelli y desaprovecharlo así, casi diría que es un pecado. La dirección pobre, abusa de cada recurso que propone, el piano, la iluminación,0 bueno, es evidente que el diseño de iluminación no está dado desde la dirección, o que, si así lo fue, no hubo una unidad de criterio entre iluminador y directora, demasiados cambios de escena que poco cuentan. En lo actoral, sobreactuada y poco creíble, Creonte y Yocaste son lamentables. Hernán Franco destaca, pero se nota que a pesar de su virtuosismo no se la toma enserio, en un momento dijo: - ¡Qué tragedia! y me hizo acordar al Yago que trabajaba en Othelo, con Chamé. De lo mejor, Raquel, ella y la otra coreuta están bien. La canción me gustó, es un momento bien logrado. Sin embargo, la explosión del coro luego de que Edipo se arranque los ojos, es absolutamente desmedida. un esfuerzo inútil por lograr el climax de la tragedia, que es, por supuesto, otro error de dirección.
Hay buenas intenciones, sí, pero se queda ahí... el vestuario paupérrimo, otro intento de continuar con una línea estética al estilo “Gorricho”, para componer con las proyecciones de atrás una especie de flyer minimalista en movimiento, que ya parece obsesionar a los hacedores del Cervantes, bueno… la verdad, si la idea es esa, ¿porque no proyectaron la tipografía y mandaron leyendas, o frases interlineadas durante el transcurso de la obra? Podrá ser una idea ridícula, pero al menos es un poco más arriesgada que reducir a estos personajes trágicos, a una composición pictórica casi caricaturesca para que se vea estéticamente bello.
Angelelli, se suelta al final, hasta el momento de su ceguera se lo ve tenso, formal, e impostado, pero ese creo yo, que se debe a le han impuesto un registro que no es su fuerte.
El escenario giratorio ya sabemos que gira, con La Terquedad ya se lo hizo girar y girar, pero al menos en ella tenía un sentido, aquí insisto parece que se hace porqu4e queda lindo.
Bueno… en fin… no suelo escribir opiniones malas, no suelo empeñar tiempo en ello, y si lo hago, es porque me sentí decepcionado, fui con altas expectativas y salí desencantado.
04/04/2019 14:29por Leo D 27 “Esta Canción”, es la canción en devenir, una excusa para cantar cada jueves una canción que no parece terminar nunca, se estira, se alarga, cambia de ritmo, tono, salta, pega un giro y sigue, siempre sigue. Una propuesta escénica original, con un retazo de telón que en vez de cubrir la embocadura del escenario, funciona como una puerta que una vez abierta nos invita a realizar un viaje desmesurado. Tarrio consigue decir lo que quiere, de alguna forma hace lo que se le “canta”, como si todo le chupara un huevo, es honesto. “Nada me importa menos que tu agenda” le dice a los actores, y lo dice cantando y bailando. Pablo Viotti, el motor de “Esta canción”, podría decirse que si le da un paro cardiaco en escena, no solo se muere la obra, sino que además sería casi imposible hallar un reemplazo, (no al menos en lo inmediato) puesto que además toca sin partitura, en un piano que se mueve a lo largo y ancho del escenario. Andrés Granier, es como una especie de diva cabaretera surrealista, está como recortado de la escena, pero es parte a la vez… en fin, esta es una opinión muy personal, puesto que siempre me pasa lo mismo con este actor, que aclaro, me resulta brillante pero enigmático a la vez. Y por último, Guadalupe Otheguy nos entrega una voz que por momentos hasta parece presumir por su destreza, surfeando por notas altísimas como si no le costara nada en lo absoluto, ella es la otra punta de iceberg, todo lo que el piano propone, se conduce hasta las puntadas finales que Guadalupe zurce con su hermosa voz. Pero como último, último, Paula Beovide, que ingresa a escena casi como una invitada de última hora a la fiesta, (Cuando en realidad quienes los van siguiendo, saben que ella es un poco dueña de la casa también) nos sorprende casi en la mitad o más cerca del final, para sumarse también con una voz increíble, a las últimas partes de esa canción que no parece terminar nunca, y que por último, último, último, cada quince días hay un invitado nuevo a estrenar otra parte de la canción, que es escrita específicamente para esa función, y así… muta y sigue… renovada y fresca, función tras función… hasta que se abre el foro, y sigue… el teatro va quedando atrás, los espectadores también… casi como que de tanto cantar esta canción, nos olvidásemos de estar cantando esta canción… y se va... Cantando… “Esta Canción”.
27/11/2018 18:46por Valeria 27 El espíritu de Gombrowicz se halla presente en esta puesta, que profundamente impactada. La actuación, la escenografía, el vestuario, los maquillajes, todo pensado hasta en el más ínfimo detalle. Aplausos para el director y su equipo!
