Opiniones de Escoba

  • Fotos de infancias 6

    29/04/2005 09:15 por Escoba D 24
    COMENTARIO FOTOS DE INFANCIAS

    ¿Qué relatos, qué historias reales o imaginadas están congeladas, latentes en la imagen de una fotografía? Fotos de Infancias parte de un soporte material específico: una pequeña colección de fotos aportadas por las actrices y los actores, que imaginaron respuestas a las preguntas anteriores a partir de las cuales el dramaturgo y los directores compusieron breves historias “de vida”.

    ¿Qué les pasó antes, después, durante la sesión de fotografía a los niños retratados? Respetando el principio empírico de que una misma historia difiere según quien la relate, los actores-personajes procuran reflejar los pensamientos que habitan el mundo infantil. Los parlamentos y las actuaciones tienen el sabor simpático y nostálgico de ese cosmos ingenuo y asustadizo de la niñez, salpicado de clichés y prejuicios que los adultos imponen a los chicos en el duro proceso de la “socialización primaria”, es decir, la primer educación que recibimos todos en el seno de nuestra familia, y que funda parte importante de la personalidad al tiempo que nos inculca las primeras reglas básicas para la convivencia.

    El “procedimiento” según el cual se organiza la dramaturgia es simple: cada cuadro se inicia o termina en una configuración estática, en la que los actores, adultos, reproducen las fotos imitando poses y gestos de los personajes (niñas y niños); también el vestuario-vestimenta y la iluminación escénica contribuyen a este objetivo. Pero esto no es todo. El trabajo más significativo desde el punto de vista de la poética teatral gira en torno a la contextualización de esas imágenes fijas, construyendo ficcionalmente las situaciones anteriores y posteriores al momento en que se tomó la fotografía y la cuota de solemnidad que a veces acentúa los rasgos personales en el instante de ser retratados. La imagen resulta de este modo recuperada, vuelta a la vida, y hasta pletórica de significados que jamás se ofrecerían a una mirada estática.

    Lejos de narrar un fragmento de la biografía de las personas retratadas, estas reconstrucciones son imaginarias, pueden prescindir del anclaje histórico. En cambio, ponen énfasis en las situaciones de desamparo real o ficticio de sus protagonistas, en el temor exagerado a la soledad y los mecanismos por los que este temor se dispara hacia fantasías de abandono o muerte. Otro aspecto considerado en la dramaturgia son las relaciones de amistad con su colección de pequeñas miserias que, a menudo, reflejan el mundo más corrompido y desencantado de los adultos.

    Para mí no se trata de un teatro construido a partir del movimiento o de ni de argumento. Lo esencial es el gesto, la postura del cuerpo, los diálogos que reflejan la tensión íntima, la leve crispación de cada uno de los personajes, así como la multiplicación de sentidos que implica el movimiento.

    En un plano más subjetivo, entre los valores y conceptos que me transmitió Fotos de Infancia menciono la puesta en cuestionamiento, en forma indirecta, de la propia teatralidad de lo que el espectador percibe, la artificialidad de lo que se ve en el escenario, pero que resulta naturalizado en la escena. Este distanciamiento se manifiesta, por ejemplo, en los cuerpos adultos de actores y actrices, que adoptan gestualidades, formas de moverse y pensamientos infantiles; o en los cuadros en que actores varones representan a niñas de las fotografías (marcando de manera cortés la separación entre las categorías de sexo y género), o el interesantísimo cuadro final que no revelo, por respeto al efecto mágico de lo que al mismo tiempo es previsible y sorprendente.

    Coincido con Marta López (estoy escribiendo de memoria y espero no confundirme tu nombre!) en mi recomendación de Fotos de Infancia, uno de los trabajos más interesantes que vi en el mes de abril.
  • Circuitos para gente artificial 2

    09/03/2005 11:48 por Escoba D 24
    Esta obra de teatro, cuyo autor no pretende “que hable de algo, sino que sea algo”, me pareció una suerte de delirio retrofuturista que ofrece al espectador una clara postura acerca del mundo tecnocrático que, insensible a catástrofes de todo tipo, aún seduce a muchas personas, particularmente a quienes detentan el poder y el control de los recursos económicos. En ese sentido me recuerda también un trabajo de otro autor (“Los Ríos”, creo que de Gustavo Tarrío) que vi, si no me falla la memoria, en la misma sala el año pasado.
    En efecto, tal como indica la gacetilla de prensa, Circuitos ... cuenta la última etapa de la vida de una pareja de obsesivos empresarios industriales de otra época: el hombre, que se llama a sí mismo “El Control”, es el inventor de una bebida; la mujer, a quien su marido nombra con un puerilizado “Nena”, es su compañera indeclinable, fiel sostén, sombra y, sobre todo, mirada... esa mirada crucial sin la cual nadie puede aceptarse a sí mismo como ser humano. El hombre requiere esa mirada y la alabanza, pero no por eso deja de ser un especulador inaccesible, ajeno a la ternura y a todo reconocimiento del otro que no sea utilitario y para el provecho de su industria.
    “El Control” lleva cuarenta años trabajando y no se resigna a jubilarse, a darse por satisfecho, no quiere vacaciones ni descanso y no piensa consentir a su esposa en el deseo de formar una familia, aunque en la medida que toma conciencia de la proximidad de su muerte, hace algunas concesiones que no llegan a cumplir con los deseos de ninguno de los dos.
    Personalmente entendí que Circuitos para Gente Artificial es una reflexión sobre el progreso y las nefastas consecuencias sociales e individuales del tecnicismo extremo.
    Los personajes hablan un lenguaje artificioso, las emociones –cuando afloran- resultan frías, mecanizadas, con un mínimo protocolo formal de pretendido y absurdo tecnicismo (por ejemplo, se habla de “manos programadas para acariciar”, de cerebros programables, de vacaciones en una playa televisada y “con música incorporada”). La comicidad de estas expresiones no ensombrece su certera inhumanidad, ni su cruda valoración cientificista (a propósito, por asociación indirecta sobre estos tristes usos del lenguaje y su carga ideológica invisibilizada, recuerdo a los vendedores que en el subte ofrecen “lápices con mina de grafito y goma de borrar incorporada”).
    La esposa, elegante, medida, dócil, es la contracara pasiva de su fabril marido. Ella carga con los desechos industriales y humanos –ni ella ni el Control pretenden otra cosa- y en cuanto su marido le obsequie el largamente anhelado momento de ocio, se convertirá rápidamente en un degenerado y horrendo cáncer, una excrecencia descontrolada de carne deshumanizada.
    Tanto en lo visual como en los parlamentos, alternan momentos de sutil poética teatral y otros de excesiva violencia física y simbólica, junto con relámpagos de comicidad absurda. Puede ocurrir que el impacto de estos mensajes invite al espectador a reflexionar acerca del mundo moderno, o solamente a sentirse incómodo y a resolver esta incomodidad por la risa.
    Las dos actrices que representan sendos coros, estáticas y llorosas a los costados del escenario y muy cerca de la primer fila de butacas, encarnan según mi parecer la culminación de uno de los varios procesos de degradación de la sensibilidad humana que están presenten en la dramaturgia de Circuitos para Gente Artificial. Otro, es la transformación de algunos personajes. Y otro más, el que acabará con la imaginación y la vida de El Control.

    El director y dramaturgo, Guillermo Arengo, señala que, respondiendo a lo que pretende comunicar, Circuitos... “tiene una línea de escape en relación a los cánones teatrales preexistentes –buen actor-actriz, registros de actuación permitidos-prohibidos, etc.- e intenta una poética que suene a todas esas voces distintas que conforman el grupo”. Considero que estos objetivos se logran y el mensaje llega al espectador, aunque puede requerir un análisis reposado, para evitar una indigestión semántica.
  • Las ratas 4

    16/08/2004 12:05 por Escoba D 24
    con una teatralidad que se sustenta en las excelentes diapositivas que la convierten en “comic”, la entonación del narrador y la música, Las Ratas cuenta la vida “intramuros” de una familia aristocrática de principios del siglo XX vista desde la experiencia del más joven. Allí aparecen como una constante la soledad y los distintos trucos para burlarla, el desprecio hacia los advenedizos y la moral de la simulación de las familias “bien”. Entre postales familiares, se va tejiendo la historia de amor y de desprecio.

    La adaptación de cuentos o novelas al teatro siempre requiere un trabajo creativo intenso. En esta versión de Las Ratas, los teatreros logran una narración autónoma y completamente inteligible, donde no falta el suspenso ni es necesario remitirse a las fuentes para entender lo que ocurre. Es una muy buena opción para la noche del viernes, en cartel hasta fines de agosto.

    Por otra parte, el bar del teatro es un lugar que merece visitarse y disfrutar.
  • ¿Estás ahí? 32

    18/06/2004 01:43 por Escoba D 24
    Alicia, yo creo que sería interesante desarrollar el tema sobre el teatro y el cine. No te sientas ofendida. Yo creo que la posibilidad de encontrar conexiones es un bello ejercicio de la inteligencia y las posibilidades son infinitas. Lo que yo quise señalar fue que, para mí, la cuestión de la credibilidad en el teatro y en el cine son bastante distintas, aunque tal vez tengan en común la complicidad del espectador.
  • ¿Estás ahí? 32

    16/06/2004 17:39 por Escoba D 24
    para Alicia.
    La obra "Estás ahí?" es una producción original del autor, Daulte. Tuve la oportunidad de escucharlo en una charla sobre esta obra y en ningún momento señaló que se hubiera inspirado en las películas que vos mencionas. Él había recibido el encargo de hacer una obra para un solo actor (para el teatro inglés que se menciona en la gacetilla de Alternativa Teatral) al que debía dirigir en Londres. Y "Are you there?" nació, en parte, de la idea de hacer algo distinto a un monólogo, por lo que Daulte agregó al hombre invisible con quien el actor dialogaría y se propuso la idea de cómo lograr dar vida y llevar a escena a este último. La idea de agregar a la mujer surgió posteriormente, creo que cuando estaba trabajando sobre la puesta porteña. Todo esto podés verificarlo buscando las criticas y comentarios de los medios (que fueron varias) por Internet.

    Aparte, me parece un poco pobre la comparación con Ghost. Sin hacer juicio sobre la película, considero que los recursos del cine y del teatro son completamente distintos, empezando por lo que, creo yo, hace a la escencia del espectáculo teatral que es la presencia viva del actor, de los técnicos, etc.

    A mí tambien me pareció muy buena la obra, que vi en el Cervantes.
  • Pasos 2

    13/06/2004 12:54 por Escoba D 24
    muy buena. Las actrices varían con versatilidad entre los dos papeles que componen en un escenario tan desolado y vacío como puede serlo la profesión de "sobreviviente" en un medio hostil.

    Las desaveniencias entre madre e hija se tornan minuto a minuto más indisimulables, la lucha por el poder de decisión, más crispada. Todo esto contrasta con la original mirada de las otras dos habitantes del departamento que debe ser abandonado, al mismo tiempo candorosas y engreídas.

    Felicito a todo el equipo.
  • Los Persas 2

    02/06/2004 18:32 por Escoba 24
    Una puesta muy interesante de esta tragedia de carácter histórico, con muy buenos trabajos. Los recursos escenoicos son también muy buenos. Un espectáculo que me sorprendió y me gustó mucho. Pero con una aclaración: creo que la tragedia griega no es un espectáculo teatral para personas que no tengan algún conocimiento de los textos (Los Persas puede bajarse por internet facilmente) y estén dispuestos a participar de un evento donde lo esencial es el texto (aunque en esta puesta no lo es todo). Felicito a todos los responsables y les deseo exitos.