14/04/2013 15:44por María C 4 La obra es muy fuerte, desgarradora, con dejo de desasosiego, decepción pero no menos realista que el sistema y el universo en que nos toca movernos. Me atrevo a comentarla con una idea mía que tiene que ver con la idea de todo el recorrido dramático de la puesta en escena.
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La Nueva Era tiene la particularidad de obturar el deseo, crear una necesidad y un objeto determinado para satisfacer la demanda de esa necesidad, el inconveniente es que la tecnología por el excedente de divisas que no tiene lugar físico dónde colocarlas crea la demanda crea el objeto antes que la necesidad aparezca, crea la necesidad de ese objeto...Algo así como si inconscientem
ente, implícitamente determinara a las sociedades consumir determinados objetos creyéndolos necesarios.
Sigmund Freud , y sus discípulos están de acuerdo que el deseo no posee objeto determinado, el deseo es un motor de energía constante... individual y creador. He aquí la cuestión que no se puede homologar una Sociedad en cuestión de lo que es bello, necesario, y deseoso para todos, ya que es algo muy subjetivo.
Los medios de control de las sociedades que legitiman el poder, los aparatos de coerción- coacción como el estado, la religión, los discursos estéticos, los medios masivos de comunicación deben sostener una postura homogénea para que una determinada sociedad marche en determinado orden, dentro del caos que se vislumbra subjetivamente y macroestructuralmente, en teatro se diría un como si... Como si todo anduviera bien en un subtexto, en un trasfondo de caos y decepción...¨
Por suerte tiene un final esperanzador donde uno y los actores son los partícipes de sus proios destinos y los únicos capaces de forjar sus voluntades y quehaceres en un mundo tan desvastado de desolación y tan consumado de consumismo aterrador!
