17/11/2003 15:14por Pablo C Me pareció excelente y polémica. Soy profesor de Historia Argentina y si bien sé que una obra teatral tiene la libertad de romper con la realidad, en este caso es muy interesante observar cómo lo que sucede en la obra, más allá de ser una situación ficticia, es absolutamente verdadera en su esencia. Uno sabe que cada dato es cierto.
Es muy bueno y muy duro a la vez encontrarse con un tratamiento tan cómico de las situaciones, pero eso lo hace aún mas cruel.
Las actuaciones y las canciones son brillantes.
Un tema especialmente delicado, al cual la obra se le atreve, es la presencia de Firmenich, entre Videoa y Massera. Muchos fuimos militantes en los 70 y Firmenich uno de nuestros máximos referentes. Verlo en escena, tan canalla y traidor, es doloroso. Pero aceptar ese dolor es una manera de defender la memoria de todos los que murieron creyendo en un mundo más justo, mientras hoy Firmenich sólo puede exhibir su discurso defensivo y su exilio cultural. Las víctimas y los héroes están muertos y desaparecidos, pero acompañados por todos los que logramos sobrevivir, mientras Firmenich ha quedado completamente solo. Felicitaciones.
