Opiniones de Roberto A

  • Eterna Alejandra 66

    27/07/2021 19:37 por Roberto A 19
    Cálida invocación de una poeta que necesitó de sus heridas mas profundas para crear un lenguaje subyugante, dolorido y misterioso. Una cámara que sigue de cerca a un puñado de actrices y recorre los interiores y los espacios abiertos del Museo como si penetrara en la interioridad de esta muchacha que con sus luces y sombras, nos sumerge en el abismo de su interrogantes, en las puertas cerradas de su alma y en la muerte. Todo cerrado y el viento adentro. Mi caída sin fin en la caída sin fin. Mi última palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.
  • El baile sigue 17

    06/12/2020 02:06 por Roberto A 19
    Así como la edición del video trabajó en algunos momentos sobre la imagen tierna y desesperanzada de Pierre con la técnica del cómics para expresar la lenta pérdida de su personalidad hasta transformarse en una caricatura, me gustaría expresar con los emoji de una lágrima y una sonrisa triste, el sentimiento que me dejó esta obra hermosa, melancólica, vital y dolorosa sobre el destino del ser humano cuando empieza a mostrar los signos de una decadencia irreversible y los sentimientos contradictorios que se despliegan a su alrededor.
    El baile sigue es una danza que se desplaza del amor a los recuerdos, de la vida a la muerte, de la fidelidad conyugal al deterioro de los cuerpos y al renacer de las cenizas con la fuerza inextinguible del sexo y la pasión.
    Una música que toca muchas cuerdas, que recoge la reflexión de un personaje y la transforma en la emoción de otro y en el intercambio cómplice con el espectador, gracias a la elaborada lectura de sus actores y la ductilidad de una dirección abierta a la trama emocional de los personajes.
    Escrita por una dramaturga que conoce muy bien el deterioro en la vejez, y a pesar de todo su necesidad de amar, la obra logra transformar en poesía el dolor, los recuerdos que se mezclan, las confusiones que lastiman y el lento regreso al seno materno que significa el último baile y el olvido.
    Una síntesis conmovedora de teatro, video, música y experimentación plástica, a la que quizá se la pueda llamar nueva plataforma de comunicación audiovisual y que, de una u otra manera, es una experiencia artística para recomendar.
  • Hacia el crepúsculo 40

    12/10/2020 14:44 por Roberto A 19
    Fue un instante de 24' en el que salí del tiempo y me transportaron al mundo desconocido y misterioso de los espíritus sobrenaturales y las almas apegadas a la vida, que regresan de nuevo transformadas (y transtornadas). Fue todo una unidad. La música y el paisaje lúgubre y encantado, la imagen bonachona y los ojos celestes de Barney Finn hablando de las narraciones de Yeats, los actores que se encarnan a la luz del fuego entre árboles y sonidos misteriosos. Un verdadero regreso a la infancia, para escuchar con los oidos abiertos y los ojos sorprendidos. Que se repita para que mas gente sea atrapada por los escalofríos del misterio y las verdades ocultas!
  • Jettatore 18

    15/06/2020 21:46 por Roberto A 19
    Me en-can-to y me divertí muchísimo. Una puesta imaginativa, fresca, ágil, satírica y divertida con pinceladas gruesas de grotesco que remozan el clásico de Laferrere. Y como corresponde al teatro moderno, con una doble mirada hacia los mecanismos que se mueven puertas adentro de la actuación con sus clichés y sus supersticiones. PARA RECOMENDAR!
  • La omisión de la familia Coleman 1738

    27/04/2020 19:56 por Roberto A 19
    Qué puedo decir que no haya sido dicho de los Coleman. Salvo error u omisión, esta obra marca a fuego la primera década de este siglo, y me atrevo a decir que se sigue proyectando, más allá de la crítica especializada que determina qué autores y obras marcan un hito en la historia de nuestro teatro. Simplemente me apoyo en la fidelidad que el público tiene con ella.
    Estrenada en un PH de la calle Boedo que dio origen al nombre del teatro y que fui a ver a pocas semanas de su estreno, invitado por unos amigos porque alguien del elenco era conocida de su hija, con el tiempo se fue transformando en una leyenda, de la que hasta ahora se escucha decir a algunas personas que la tienen como una asignatura pendiente.
    Quiero agregar que gracias a la hermosa idea de timbre 4 de subirla por internet, volví a admirar la contundencia del libro y la interpretación de sus actores.
    Y redescubrir que la ausencia de la figura del padre y la irresponsable conducta de la madre, metáforas de la disgregación social a la que asistimos en estos días, habitan el núcleo de esta familia disfuncional rayana en la locura, como tantas que habitan la ciudad, y de la que cada uno quiere escapar como puede, con todos sus errores y omisiones.
  • La Familia de Ukeleles a la luz de las velas 11

    24/02/2020 19:07 por Roberto A 19
    Literal: a la luz delas velas, el Vinilo cambió la disposición de su sala, usando el escenario como puerta imaginaria para el ingreso de la "familia" al café concert y rodeando la intimidad de los siete músicos, dispusieron las dobles hileras de mesas con sus velas encendidas.
    En una suerte de ceremonia iluminada por candelabros ardientes y una luz cenital azul, los asistentes entonces, apuramos las picadas acompañadas con cerveza y celebramos con placer, alegría y unas ganas bárbaras de bailar (reprimidas por la falta de espacio) esas cadencias deliciosas de sonidos hawaianos y el swing de temas bluseros con espíritu de los años treinta y cuarenta, de hermosos boleros y de temas de la música country, cantados por una de las damiselas y el coro de caballeros, con humor y desenfado.
    Es para destacar la sabia integración de los instrumentos, donde no faltó el delicado juego rítmico del contrabajo, la batería y los bongoes hasta la elegante percusión lúdica de la tabla de lavar que dialogaban con el lirismo del violín, la vibrante sensualidad del ukelele, el banjo o la guitarra y una vieja trompeta, que alegraron nuestra noche especial a la luz de las velas y el magnetismo del swing.
    Una banda de jóvenes artistas de larga experiencia en la búsqueda de viejos temas con sonidos nuevos, con arreglos innovadores y composiciones maduras.
    Una Familia de la Polinesia porteña para seguir disfrutando.
  • Solo queda rezar 65

    21/02/2020 01:13 por Roberto A 19
    En un enorme galpón completamente transformado y cuyo destino ya estaba prefijado por la existencia hasta el año 2014 del colectivo teatral Puerta Roja, reabrió sus puertas el más antiguo teatro del país, el Teatro del Pueblo.
    Y con su inauguración, Roberto Cossa nos entrega esta comedia filosófica después de una larga carrera de dramaturgo que comenzó, hace más de cincuenta años, con 'Nuestro Fin de Semana' que dirigía su mirada sobre los sueños, temores y frustraciones de la clase media argentina.
    En esta oportunidad, a partir de dos personajes y una estructura dramática cercana a la ciencia ficción, aquél primer acercamiento al conflicto generacional de una clase social, se trasladó a los interrogantes filosóficos que acucian al hombre moderno en su búsqueda entre el orden racional, luminoso y ascético de una supuesta raza superior, donde el hombre es un simple dato de la realidad;
    y la exaltación de la vida y la sensualidad que nunca como hoy ha llevado a los excesos de una sociedad consumista en su ansiedad permanente de placer y la adquisición obsesiva de objetos culturales que han ido degradando la conciencia humana.
    En esa lucha entre opuestos, la obra nos compromete a pensar críticamente el origen y destino de la humanidad, la imaginación creadora, la existencia de Dios y hasta el enorme salto cualitativo de la ciencia hacia el futuro.
    Y al mirar las imágenes con las que finaliza 'Solo nos queda rezar', que amenazantes desbordan los paneles desde sus panales (si se me permite el juego de palabras), sobre los que se proyectan la febril actividad de las abejas que llevadas por el instinto ciego de supervivencia, avanzan hacia el escenario de la vida, la obra pareciera resolverse a partir de la ideología del viejo sueño socialista de la clase trabajadora que avanza hacia el poder inexorablemente.
    Aunque esos interrogantes continúen abiertos en otros espacios de conciencia, una vez que se deja la hermosa sala que recuerda en su disposición a un anfiteatro griego y lleva el nombre de Carlos Somigliana, otro gran dramaturgo de aquella época fundacional, tan rica en interrogantes y también de respuestas.