Opiniones de Raúl S

  • Carne sola o Doña Rosita, el soltero 6

    27/10/2010 00:56 por Raúl S
    "CARNE SOLA" - Viernes y Sábados 23:30 hs / Teatro "La Comedia"

    DE GÉNESIS Y OCASOS
    Organicidad a pleno con precisos e intensos trabajos de actuación y dirección, donde el cuerpo es el que manda y el que tiene –valga la paradoja- la última palabra. A tal punto de transformarse en el vehículo insustituible de ideas, conceptos, muchas preguntas y algunas respuestas.
    ¿Esperpento?, ¿caricatura?, ¿sátira?, ¿grotesco?. Se trata de agudos brochazos expresionistas de personajes que, bien articulados, se confunden (co-funden) con fragmentos de una ineludible poesía lorquiana.

    Y como si fuese un limpiaparabrisas durante un día de lluvia, la acción sucesiva y vertiginosa, borra cada gota que, segundos antes, nublaba la visión. A esto se suma una voz que hace estallar, en justa dosis, una cierta armonía musical.
    Y entonces la soledad se acentúa con cada “encuentro”. Como si se tratara de una pesada broma existencial, donde la palabra se muerde, se palpita, se derrama, se deglute. Como si en un largo proceso de rumiación , ésta se reactivara, para luego dejar de ser.
    ¿O es, acaso, la palabra la que construye a estos seres, en esencia tan potentes como efímeros?. Definitivamente no.

    La palabra apenas obra como el cincel de un osado escultor que quita del mármol aquello que sobra, y es entonces cuando la forma, que es previa, se eyecta hacia una realidad plagada de arquetipos tangibles y muy cercanos.
    Asistimos así a una maratónica sucesión de extravagancias, tan ásperas como incómodas, que rugen ante cada réplica, ante cada movimiento ejecutado, ante cada chirriante y visceral desfile de estas pobres criaturas solitarias que giran y giran, como la Tierra sobre su propio eje, y también alrededor de un Sol inalcanzable.

    Son espectadores de su propia (in)existencia y artífices de caminos transitados, a veces de a dos, pero siempre en soledad. Todos son (¿o somos?) el resultado de anticipadas sentencias discepolianas.
    Pero, parafraseando a Eladia, se vislumbra una tenue luz en el final del túnel, que pareciera expresar con tono profético: “Vení… charlemos, sentate un poco. ¡No ves que sos mi semejante! A ver probemos, hermano loco, salvar el alma cuanto antes…”

    Raúl Sarobe
    22 de septiembre de 2010