05/08/2009 17:13por Raul L Ambigua simbiosis de estructura y materia viva, esta casa-cobijo-enredadera atrapa a la/s protagonistas hasta asfixiarlas fagocitándolas hasta volverlas un recuerdo en vida de una realidad que pudo ser. Esta historia nos propone un salto al vacío emocional sólo soportada por el cordón umbilical materno que intenta por todos los medios de no separar al ser vivo de este hogar/placenta, que a manera de queja expresa en cada estocada un sonido gutural de maderas que se resisten a morir, similares a los que emite un bote de remos que está a punto de rajarse en dos amenazando con la muerte segura de sus ocupantes, madre e hija, que resisten las embestidas del paso del tiempo, de las circunstancias, de los abandonos, de la muerte misma. Boyando en el tiempo, la protagonista intenta asfixiar este animal/hogar con borradores como botellas de náufragos que buscan salvación en el mundo exterior, mientras que su madre lenta e inexorablemente se va mimetizando con la casa. Tres vivencias, tres historias que se debaten entre ser, permanecer y trascender una gelatinosa atmósfera que ahoga lentamente las voluntades asimilando todo a su paso.
