16/06/2009 12:15por Ricardo R El domingo en Liberarte tuve unos de esos extraños privilegios de asistir a
un evento de los que regala el Teatro Independiente en la querida Argentina teatral.
La Autora, que me era desconocida, se me revelo con un humor y una acides envidiables y un amor por lo irracional y querible del equivoco humano, de verdad encantadores.
El sin sentido, el azar, la trampa del inconciente, tratados con un humor y una agudeza
brillantes.
Me fui digiriendo acíbares Beckettianos y picantes Eugenianos pero la señora Degracia hace un uso tan exquisito del clavo... de olor.
Y me reí, me reí muchísimo. ¿De que me reí?
El director, junto con sus actores, muestra una gran comprensión de esta historia
de una confusión cotidiana y sin apretar el lápiz nos va, con un natural y aceitado mecanismo, llevando por el puro regocijo de narrar ese Mac Guffin del Bizco.
¡Felicitaciones! con afecto
Ricardo Rodríguez Miró