18/04/2009 14:15por Churro Z Haciendo una analogía del universo Fernandez con el universo del cine, podemos decir que la obra comienza en la Edad Dorada de Hollywood y termina en una suerte de Film Noir. Sin contar mucho la historia para que prevalezca la sorpresa al momento de presenciar tan digno espectáculo, puedo adelantar que las risas que nos generan tan simpáticos personajes al final se tornan con un sabor amargo, permitiéndonos reflexionar sobre las decisiones de nuestros actos al momento de ir a por algo tan deseado. Y si hablamos de deseo, es menester mencionar el amor. La obra está llena de amor, pero no ese amor rosa del vestido de Rosamontes, sino de un amor procaz, obseno y enfermizo. Ese amor que alejado del gozo y el disfrute, se encuentra más cercano lindes del padecimiento.
Las actuaciones son excelentes. La actriz que interpreta a Rosamontes maneja una sutilidad admirable. Se permite el juego y por sobre toda las cosas se cree su propio sufrimiento. Emociona. Fernandez logra transitar los pasajes entre el sometimiento, la hombría de bien, la galantería y el desaire.
El texto es brillante. La puesta muy acertada y el decorado muy concreto.
Nada está librado al azar en esta obra que es menester presenciar.
No se la pierdan, yo Churro Zuzinni, crítico de la verdad, se los garantizo.
Ch.
