Opiniones de Chacho

  • Hasta que me llames

    15/07/2008 18:45 por Chacho
    El espectáculo, al que asistí sin tener ninguna referencia previa, me sorprendió por su refinada calidad. Me pareció una maravilla cómo el texto de la autora (A.M.Bovo) entrelaza tres historias que en principio poco y nada tienen que ver, de modo tal que no se producen baches o saltos, ni en el texto ni en el sentido.
    El tratamiento, muy original en su manejo del espacio: no hay "platea" y "escenario" sino un único espacio que comparten los espectadores, desperdigados en sillas independientes, y los actores, que evolucionan entre ellas. Esto, unido al hecho de que se combinan, alternan y entrelazan historias independientes, daría para sospechar un tufillo a "vanguardia" . No es así (por suerte--nada se apolilla tan fácil como una vanguardia). Más bien se trasmiten, con recursos a veces originales, a veces intemporales, emociones que está al alcance de todos compartir.
    Somos seres humanos. Los personajes también. Los creadores del espectáculo también. Y se nota.

    ¿Qué más?

    Muy bien manejadas las luces, tenues y a un mismo tiempo cálidas. Los actores (A. Haberland y E. Dib), pueden ser perfectos o no, no me alcanza esta experiencia para un juicio, pero son correctos, y, poco usual en mi experiencia, son a un tiempo medidos y vibrantes. No vi las sobreactuaciones ni impostaciones retóricas que suelo ver, inclusive en los 'mejores' escenarios. Tampoco la inexpresividad monocorde que también veo seguido.

    Todo lo que digo es suficiente para sacar conclusiones sobre el trabajo del director (E. Dib, también actor -- comparte la dirección de actores con S. Brandolín); no puedo decir nada de aspectos técnicos, pero el resultado no deja dudas.

    No voy a calificar cada rubro porque no sé hacerlo, y en algunos casos (escenografía, música) se usaron apenitas en esta producción. Lo importante fue el impacto global que, por no inflar demasiados egos lo dejaría en un 8+.

    Ah sí!, el comentario frívolo: la actriz, Araceli Haberland, hermosísima.

    Me volví a casa llenito y satisfecho, y no había cenado -- ¿alcanza?