06/05/2007 13:47por Juan F Hernán Rocca me invitó a presenciar este estreno casi diría personal. Su "opera prima" como autor, tal como lo manifiesta en el programa de mano. Claro que Hernán se dio el gran gusto y no solamente escribió el libreto sino que lo protagonizó. ¡Felicitaciones!
Llegue al Teatro "La Salita" enfrente del Congreso Nacional por Hipolito Yrigoyen casi sobre la hora. "La Salita" hace realmente honor a su nombre, una salita con un pequeño podio o proscenio y una platea única pequeña también dispuesta con mesas que seguramente estará pensada para otro tipo de ocasiones. Cortinas, bastidores, luces, algunos espejos, y el color rojo predominante.
Y como sucede casi siempre, se apagan las luces, la música sube un poquito poniéndote en clima, ese es el momento en que te conviertes en un ser invisible, el momento en que todos somos iguales, es el momento en donde solamente uno debería disfrutar.
"Asesinato en el piso 4" es una historia para dos actores en un acto y sin cambios de escena. Ellos elaboran personajes conexos, situaciones y diferentes ambientes. Entonces van contándonos la trama en una especie de frenesí en el que se intenta involucrar al espectador. Este público respondió, se sonrió, hizo silencio, observó expectante y finalmente aplaudió.
El trabajo de Marcela Prost es destacable, recorre cada línea de su texto con una dicción correcta, tiene una voz soberbia que acompaña el juego expresivo de su cuerpo y se planta frente a su personaje con convicción. Me gustó. Lamentablemente uno queda con ganas de seguir viéndola, pero el autor de estos dos personajes -cual Otello a su Desdémona- tiene preparado para ella un destino diferente...
Hernán desarrolla aquí -a mi parecer- tres trabajos relevantes, el primero obviamente, ser autor de la obra; el segundo actuar su idea y el tercero, decir su propia letra y ponerle el cuerpo. Cada palabra, cada frase, línea por línea es acompañada por un trabajo corporal expresivo, realista y sin lugar a duda por momentos agotador. Él sabe que es autor y como tal debe desdoblarse para también ser su primer actor, qué tarea! Obviamente no se autoinmola, tal vez para darse el gusto y poder escribir otra obra, y otra y otra más... Y el público lo premió con un aplauso válido sin ninguna duda.
Santiago María Ojea como director y Analia Principiano como asistente, desenredaron, ajustaron y pusieron a punto este trabajo que presenciamos en el escenario diminuto de "La Salita". Dos actores, una trama, y la tarea principal, entretener! Lo lograron.
Finalmante, la Historia de novela se produce y finaliza la obra y vemos a su hacedores felices y aplaudimos. Y sí, entonces llega el momento de retornar con ese buen sabor de haber compartido el nacimiento de un acontecimiento recomendable.
