Opiniones de María A

  • Los trenes siempre están llegando 9

    17/08/2002 13:02 por María A 2
    Graciela, yo tampoco quiero seguir usando este espacio para contestar tus preguntas pero no encuentro otro modo. No tengo nada que ver con la obra y de hecho te repito que a mí en general tampoco me gustó. Conozco los entretelones del ciclo por haber participado de él el año pasado. Fui a ver esta obra solamente porque me dio curiosidad el hecho de que fuera una de las pocas (otras son Edilicia, Aguaviva, El Sr. Martin...) que pudieron entrar legítimamente. Yo lei tu opinión en la sección de opiniones del público, no en la de esta obra y me llamó la atención que hayas utilizado el espacio de esta obra para decir que es "precaria" y que las otras dos son buenas. ¿No era mejor felicitar el trabajo de las otras dos en su propio espacio? La que parecía tener alguna relación (negativa) con Los Trenes eras vos... Después me di cuenta que hiciste lo mismo con otras del ciclo, usaste a la obra de la que querías hablar mal para hablar bien de las otras dos. Personalmente cuando envio una opinión lo hago porque me movilizó favorablemente y para alentar el esfuerzo que hace todo grupo de teatro independiente... si tuviera que enviar opiniones por cada obra que no me gusta no terminaría más y además me parece que hay que respetar el esfuerzo y la enorme exposición que implica el arte escénico... Por eso, al leer la forma en que utilizaste el espacio de esta obra para decir que era mala y las otras dos eran buenas me impulsó a defenderla y a hablar del ciclo, nada más que por eso. Pero como yo tampoco siento que esto tenga que ser un foro, si queres podes escribirme a m_ajerez@hotmail. com. Suerte! María
  • Los trenes siempre están llegando 9

    16/08/2002 01:16 por María A 2
    Lei la opinión que hizo para esta obra Graciela Giusti y realmente quedé azorada. Sin lugar a dudas toda opinión es respetable, y para que un producto artístico guste o no evidentemente no cuentan las consideraciones intelectuales. No quisiera posicionarme desde un discurso del saber para legitimar lo que voy a decir. Sin embargo, no deja de ser cierto que el desconocimiento de ciertos hechos muchas veces impide ver más allá de las propias narices. Todos sabemos que lo que es bueno para muchos puede no serlo para otros y que todo depende del cristal con que se miren las cosas, y está bien que así lo sea. Estimada Graciela, no quiero subestimar tu crítica sobre esta obra, (es más, yo coincido con vos en que las actuaciones no son del todo convincentes y pienso que la puesta para mi gusto peca de un pretensioso barroquismo) pero ya que te sentís tan estusiasmada con el Ciclo de Teatro x la identidad me gustaría informarte que estuvo signado por muchísimas anomalías por parte de los miembros de la comisión de lectura y/o directiva que utilizaron su lugar de jurado para poder ubicar sus propias obras o elegir aquellas en las que querían actuar. Algo demasiado obvio, basta con leer los nombres de los integrantes de la comisión de lectura y/o directiva y comprobar que también figuran en las fichas técnicas de las distintas obras. Ni siquiera un pariente, un amigo, no... ¡son ellos mismos! Sin ir más lejos, esas dos que tanto te gustaron. Claro que esto no se produjo sin malestar interno dentro de la organización misma... Te cuento que a la convocatoria de este año se presentaron más de 250 obras. Sólo fueron seleccionadas veinte, de esas veinte, sólo cuatro o cinco escapan al sistema de "autoelección" -hecho que por otra parte provocó discusiones internas que hicieron que peligrar la existencia misma del ciclo. No tengo miedo de parecer petulante al decir esto porque estoy segura de que lo vas a constatar por otras fuentes. Todos sabemos que estas cosas pasan en las convocatorias y concursos, pero en un ciclo que brega por justicia y aspira ser tan loable esto no es precisamente meritorio: es patético comprobar que resulta ser la prolongación de un sistema que pretende combatir. Si hay algo valioso en Los trenes siempre están llegando es que aún cuando su resultado escénico no sea el más feliz, es uno de los pocos textos que ha resistido a la gran farsa que resultó Teatro x la Identidad 2002. Bueno, de eso se trata el ciclo, ¿no? De resistir. Aunque sea tangencialmente. Probablemente ahora cuentes con otras premisas a la hora de elaborar tus críticas. Porque si bien todo percepción es visceral, nada queda al azar de sus condiciones de producción. Y porque, una vez más, todo depende del cristal con que se mire.