TODOS LOS MIEDOS. No tomarás el nombre de Dios en vano

Tres amigas, aisladas en la noche, intentan sobrevivir al accidente que sufrieron y a sus propias limitaciones.
A partir del texto de Mariana Chaud, nos interesa reflexionar acerca de la irrupción de la tragedia en la vida de un grupo de chicas de clase media alta, frívola, de poco contacto con la desesperación. El contraste entre lo que son y lo que les sucede, la situación límite, produce un desequilibrio; hace que se encuentren estupidez y muerte, ingenuidad e instinto de supervivencia. El accidente no convierte a estas amigas en algo más noble.
La tragedia no necesariamente las redime ni dignifica. La pregunta tanto del texto como de la puesta es acerca de que podría significar la blasfemia ahora, blasfemar, en una medida actual o juvenil, descontextualizada de un ámbito religioso; blasfemia y castigo en y para un grupo de chicas de veintipico.

El segundo mandamiento: No tomarás su santo nombre en vano no atañe al comportamiento de los hombres con los demás hombres sino a la relación que él debería tener con Dios. Apela directamente al sentimiento religioso. Hay dos aspectos que me interesaron particularmente de este mandamiento y que me llevaron a escribir. El primero fue la idea cristiana de Temor de Dios, es decir, Dios es todopoderoso y debemos tener no sólo respeto hacia él sino también temor. El temor de Dios implica una profunda fe ya que si pecamos, Dios nos castiga o nos abandona pero no deja de existir porque no hay un "no Dios" dentro de la fe. Un accidente puede entenderse entonces como un castigo o como un abandono. El segundo aspecto que me interesó fue la superstición. La posibilidad de que podamos decir el nombre de Dios de manera frívola o irresponsable y que se nos pueda castigar por ello, me impresiona profundamente.

Mariana Chaud

1 Histórico de funciones
3 Notas relacionadas
1 Cursos y talleres vinculados