Fragmentos de una conversación eterna

El sujeto enamorado está incómodo en el interior mismo del amor,
y esa incomodidad lo obliga a la única tarea de horadar su drama a partir de un discurso solitario, a veces movedizo, otras inmóvil,

un discurso desordenado que se compone de retazos y que no existe sino por esos arrebatos de lenguaje que sobrevienen al capricho de circunstancias ínfimas: el contratiempo, el malentendido, la pelea, la escena de celos,

la distancia, la ausencia, la nostalgia, el encuentro y los desencuentros...

1 Histórico de funciones