Asunción

Doña Blanca, la manceba de Don Pedro de Mendoza hace su confesión sobre el deseo. En el medio de la agonía, víctima de la sífilis cuenta su verdad, su largo peregrinar tras su hombre y señor. Su sierva y esclava Asunción, es una niña indígena abusada por el mismo hombre que Doña Blanca seguirá hasta el fin de sus días. Asunción no puede comprender sus palabras, y entre quejidos en guaraní está pronta a parir el primer mestizo en tierra latinoamericana.

Dos culturas, dos lenguajes. Dos mujeres. Una dando a luz, otra consumida en su dolor y en su enfermedad. Una mujer en el deseo y otra en el abuso.

Una obra de Ricardo Monti en la que Jorge Rod lleva a escena el delirio místico de la pasión y de la muerte de Doña Blanca (la manceba de don Pedro de Mendoza) que agoniza sifilítica mientras su sierva -llamada Asunción- está a punto de parir el primer mestizo de la tierra, hijo del abuso de un hombre. Una metáfora sobre el exceso y el poder del ser humano, elaborada a partir de las posibilidades que permite el Método Suzuki. La técnica permite desarrollar integralmente el trabajo físico y vocal del actor.

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