Suegras, nueras y cuñadas

El casamiento es un acontecimiento trascendetal en la vida de cualquier mujer: es el momento donde su vida se llena de parientes políticos. Así nacen la suegra, la nuera y la cuñada, personajes cuya misión es volver la vida de la recién casada un laberinto de enredos y malentendidos. En ese universo se inspiró Hilda Levy para escribir su hilarante obra Suegras, Nueras, Cuñadas. El texto que origina la puesta de Virginia Lombardo muestra a una suegra y su nuera más antigua, preparadas para recibir a la flamante esposa del hijo menor. Débiles alianzas, viejos resentimientos y situaciones desopilantes, serán las que desencadene la incursión de la "nueva" al clan familiar. Un elenco de lujo conformado por Alicia Aller, Gimena Riestra y Anahí Martella ponen el cuerpo a estas mujeres a las que toda la platea sentirá como de su propia familia.

Suegras, Nueras y Cuñadas: cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia

El casamiento esperado de hijos y/o hermanos trae aparejado la llegada inesperada de la familia política. Con ella nacen la suegra, la nuera y una o más cuñadas. Fauna femenina, cercana, cotidiana y problemática:

La madrina espléndida se transforma en carismática suegra con pérdida de hijo.

La novia delicada y emocionada, se vuelve nuera propietaria del marido.

La cuñada transmuta en enemiga natural.

Hilda Levy nos cuenta una historia: una suegra y una nuera histórica (casada con el hijo mayor), se encargan de avizorar la llegada de la nueva integrante que se incorpora al clan familiar: la que se lleva al hijo menor y/o al cuñado, según corresponda.

La "nueva" reaviva con el brillo de su flamante alianza en el anular izquierdo conflictos olvidados, rivalidades no resueltas, alianzas poco duraderas y desencuentros entrelazados en una serie de enredos y situaciones tan cómicas como cotidianas.

La puesta de Virginia Lombardo transita el texto con un humor que provoca las mejores carcajadas: las que permiten reírnos de nosotras mismas.

Todos reconoceremos en ellas, suegras, nueras y cuñadas de nuestra propia familia o de alguna muy cercana. Toda similitud con la realidad es pura coincidencia.

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