Les Éphéméres

Un espectáculo del Théâtre du Soleil

La obra

Extractos del encuentro de Ariane Mnouchkine con el público sobre el espectáculo Les Éphémères que se llevó a cabo el 20 de octubre de 2006 en el Théâtre du Soleil:

El primer día
“_ (...) Tenía la intención confusa de hacer un espectáculo que hablara sobre los salvadores, sobre los instantes salvadores. No nos matamos todo el tiempo, nos salvamos, nos soportamos, nos curamos y también nos educamos. A pesar de todo, los seres humanos nos reunimos para vivir juntos. Antes de hablar con los actores, me había dado cuenta de que, para hacer un espectáculo sobre la belleza de los hombres y las mujeres, tenía que llegar a imaginar su desaparición. Así empezamos a trabajar: con la cercanía y la certeza de que íbamos a desaparecer (...)”

El tiempo recuperado
“_ (...) Estamos haciendo un espectáculo que habla del instante: del presente que ya no es presente en el momento en el que pronuncio la palabra presente. Quizá, también, de la belleza de los seres, de lo difícil que nos resulta acercarnos a esa belleza y de que cuando a veces nos damos cuenta de que un instante es bello, entendemos que ya pasó. (...)”

“La apuesta a las similitudes”
“_ (...) Nosotros, a veces, no sabemos muy bien qué es este espectáculo que estamos montando. Por supuesto hacemos el espectáculo: nos levantamos todas las mañanas para venir y trabajar muchas horas. Pero también, en cierta forma, el espectáculo nos llega. Nos llega por Shakespeare, por Sihanouk, por Gandhi o por Nehru; nos llega por médicos corruptos que venden sangre contaminada; nos llega por Tartufo o por refugiados e inmigrantes que nos cuentan sus historias. Lo que nos es difícil confesar y admitir es que este espectáculo nos está llegando por 'nosotros'. Y así, en cierta forma, por 'ustedes'. Por sus similitudes (...)
De lo que estamos seguros es de que esos instantes que hemos creado son muy cercanos a los instantes que ustedes han creado (...) que nuestros amores, nuestras pasiones, nuestras esperanzas, son también como las de ustedes (...)
Evidentemente estamos trabajando sobre lo concreto: lo concreto de nuestras vidas; lo concreto de nuestras madres, de nuestros padres, de nuestros abuelos. Lo concreto de su ausencia, de los momentos en los que nos hicieron bien y aquellos en los que nos hicieron mal. ¡También de los momentos en los que nosotros les hicimos bien o mal! (...)”

En el desorden
“_ ¿Dónde sucede?
_ En Francia. ¡Eso también es sorprendente! Sucede en Francia, sucede aquí, sucede hoy, aunque, obviamente, hay narraciones, recuerdos, visiones del pasado. Es un espectáculo que está vivido por gente de hoy.
_ ¿Quiénes son los efímeros (les éphémères)?
_ ¡Los seres humanos! Nosotros somos los efímeros.
_ ¿Existe un texto escrito?
_ No.
_ ¿Existe una trama única?
_ No hay trama única. Es un espectáculo que está hecho (...) de cosas que surgen espontáneamente de cada uno de los actores, de nosotros, de todos nosotros, que se mezclan, se entretejen (...) Hay una unidad, pero no existe un guión, no hay vínculo (...) Las piezas no encajan, son cosas que emergen en la superficie (...) Son miradas parciales, más que un encadenamiento de sucesos (...)”

¿Dónde está el teatro?
“_ Usted habla mucho de la experiencia, de lo concreto, de lo vivido, de la transmisión. Uno casi tiene la impresión de que sólo estamos en lo real. Y, entonces, ¿dónde está lo imaginario, lo soñado?
_ Me hice esas preguntas en determinado momento de nuestro trabajo. De hecho, me las hice también con nuestro espectáculo anterior Le dernier caravansérail: el miedo a lo real.
'¡Cuidado! ¿Dónde está la poesía? ¿Dónde está el teatro?' Y después me tranquilicé. No; es teatro. Pero en este espectáculo hay una relación con lo preciso del instante vivido. Quizá vamos a decir 'vivido' más que 'real' porque, después de todo, diría que hay en lo vivido una parte de sueño. Tal vez no siempre de sueño, pero sí una parte de imaginario, de fantasía y de mitología (...)”

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