La caída de la casa Usher

“…la quise como hombre alguno quiso jamás a una mujer…Le dije adiós para siempre y sufrí toda la agonía de su muerte… Me volví loco, con largos intervalos de tremenda lucidez. Durante mis accesos de completa inconsciencia, bebí solo Dios sabe cómo y cuanto. Con maldad, mis enemigos han querido explicar la locura con el vicio de beber, en vez de hacerlo a la inversa….” (Edgar Allan Poe – 4 de Enero 1848) Dice Francisco Javier: “Para un equipo de teatro, la escenificación de un cuento de Edgar Allan Poe posee un gran atractivo; mostrar más allá de la historia en sí misma y de su notable sugestión, alguna de las características del estilo tan particular del escritor , por ejemplo, el vertiginoso arco que describen sus imágenes desde la más estricta verosimilitud hasta el remoto horizonte de lo sobrenatural. Esta característica se da no solamente en el curso de la narración misma sino también en la estructura mental y sensible de los personajes. En todos sus cuentos, el personaje principal está dotado de un don de observación agudísimo, una tendencia obsesiva a concentrar su atención en mínimos detalles del mundo material que lo rodea y, al mismo tiempo, a la inmersión total en fenómenos suprasensibles. El desafío consiste pues, en organizar los medios expresivos de la escena –en especial, la ilimitada capacidad creativa del actor- de manera tal que el mundo de Poe se corporice ante el espectador con toda su carga de onírico espanto. Es este el trabajo que estamos intentando realizar desde hace un cierto tiempo” Basado en "Amada Lejana” de Luis Cano.
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