Yo me mando a mudar

El corralito, los dólares, el cacerolazo, la comida y la familia pintan una historia de los argentinos del siglo XXI; en esta obra, una mujer madura que enfrenta no solo las miserias de su contexto social y familiar, sino un país que le es adverso desde todas las ópticas posibles. La soledad aparece enmascarado por los conflictos cotidianos que debe enfrentar el personaje, el grotesco como lenguaje visual, procura llevar el eje temático -de inocultable crudeza- hacia el humor, en una propuesta naturalista.