Doña rosita la soltera

“Para descansar de Yerma y de Bodas de sangre, que son dos tragedias, yo quería realizar una comedia sencilla”, escribió Federico García Lorca, la víspera del
estreno de Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores. Pero no le salió como pretendía, sino que su nueva creación, estrenada a finales de 1935, contenía más lágrimas que las anteriores. La realidad es que este drama familiar en cuatro
jardines destila dureza dentro de un recipiente que parece amable. Y no podía tener otro fondo con el tema que tocaba, el de la solterona, un personaje bastante maltratado en la literatura y la sociedad española.
Mario Martínez que el año pasado fuera invitado por el Grupo Cacatúas para la dirección de “Para llevarle a Rosita”, obra seleccionada para representar a Entre Ríos en el Regional de Teatro en Córdoba, regresa a Federico García Lorca. luego de haber presentado hace unos años en este Coliseo “La casa de Bernarda Alba”, con gran aceptación del público y la crítica.

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