La arrogancia de la piedra

Ciego, Tartamuda y Chicx invisible polulan sobre la nada donde han sido desplazadxs. Intentan regresar a la ciudad, poder entrar y recuperar lo suyo, su identidad, pero los ingresos van siendo sellados y corridos. ¿Serán sólo cuerpos que polulan?

"En La arrogancia de la piedra García Sathicq parte de una matriz escénica simbolista (el teatro como símbolo, enunciación metafísica del universo) desde un “espacio abstracto” cuyas representaciones van mutando, para dar voz a los desplazados y excluidos, los pobres, los silenciados, los invisibles, los “fantasmas”, “los nadie”, los “huérfanos” expulsados de la ciudad, los “tirados a la nada”, los que son el “fango” que tapó el cemento.Drama distópico de reacción contra el neoliberalismo y sus consecuencias, construcción de una imagen de civilización absolutamente insatisfactoria, combina así, de manera muy personal, el simbolismo y la mirada social, lo poético y lo político, frente/contra la exclusión. Poesía y denuncia social, hermanados por una ética de la alteridad (E. Lévinas) y de la revelación de la “América profunda” de Rodolfo Kusch. García Sathicq busca otras combinatorias poéticas contemporáneas para preservar la capacidad de interpelación social del teatro, al mismo tiempo lírico, sensible, emocional y reflexivo. Ciego, Tartamuda y Chico Invisible son a la vez jeroglíficos artísticos de misteriosa potencia simbólica y síntesis de tipos y sectores sociales (adultos que son corridos del sistema productivo, mujeres, adolescentes y jóvenes excluidos) en los bordes de la estructura social producto del “congelamiento humano-intelectual”. La estructura dramática es “un viaje”, una deriva, a la par internos y compartidos, subjetivos e intersubjetivos, que poco a poco van definiendo una toma de posición social e invitan a pensar: “Cómo hacen para sellar los ingresos, para correr los límites de la ciudad, para ausentar las fronteras, para que no podamos entrar”.La pieza se propone como un extraño dispositivo para comprender y resistir “la arrogancia de la piedra”, radiografía de la derecha brutal en tanto ideología y subjetividad, que ya ha convertido o pretende convertir definitivamente “este mundo [en] una porquería de dolor”.Comprender y resistir “la voz de la ciudad”, más específicamente “la voz de la gente de mierda de la ciudad”, percibida desde el ángulo de afecciones de las víctimas de la ciudad.La ciudad vista desde el territorio de los expulsados. La pieza explicita su sentido: “¡Hacer llegar nuestra voz, nuestra respuesta a estos insultos!”, al mismo tiempo que permitir que se escuche “el corazón que parece el latido de la tierra”. Los personajes explicitan, como personajes-delegados, lo que debe escucharse claramente: “La exclusión social es un delito y la marginación que produce la desigualdad social en el acceso a las oportunidades, duele. Y mata”. En el imperio distópico, el trazo utópico, lo deseado: “el barrio”, “poder ser quien soy yo mismo”, un “ser-nosotros”, la transformación de patria en “matria”, “volver a entrar” en la ciudad, nombrarse, romper “el silencio desolador”. García Sathicq busca potenciar tanto la fuerza teatral de la comunicación explícita, como el contagio estético, sensible, donde no se habla." Jorge Dubatti, 2021.

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