Siempre nadie

Una escena en penumbra muestra la frialdad del ambiente. Un telar blanco cubre íntegramente la escena, provocando un encierro en piso, paredes y techo. En el centro se encuentra Reneé, quien fuera la compañera del Marquez de Sade.

Esta visiblemente molesta más allá de su atadura. Un chaleco de fuerza la amordaza y una máscara nos oculta su rostro. Un sonido uniforme marca el ritmo del tiempo que ella acompaña con frases inentendibles.

Las almas o fantasmas de Juan de Arco, Ana Bolena y Madame Bobary vivirán en la imaginación afiebrada de la protagonista, para desentrañar el eterno conflicto de la desigualdad, la injusticia y la libertad.

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