Celeste Flora

“Bastará siempre una flor en primavera para que perdonemos a Dios...”.
Madrid, primavera de 1934. Flora es una mujer de entre cuarenta y cinco o cincuenta años. Ha dedicado la mayor parte de su vida al estudio de las plantas y al cultivo de las flores en su invernadero de San Sebastián, junto a su marido, ya fallecido. Apenas reconocida a niveles científicos, Flora pasa los últimos años consagrada a la investigación botánica y a las clases que imparte en una pequeña academia que ha abierto para poder sobrevivir.

Algo ha sucedido en la mente de Flora, algo inexplicable. Inducida por “razones” que se irán desvelando a lo largo del drama, la botánica se ve envuelta en la desaparición de seis de sus alumnas...

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