Buena presencia

Buena Presencia es una obra que debe ser vista y oída dentro de un sistema económico y político que defiende a la meritocracia como bien individual superior.

En ese sentido pertenece a la misma familia de espectáculo crítico y feroz que fué “Plata Dulce” pero en una Argentina que vuelve a repetir errores de hace cuarenta años atrás.

El Joven y el Viejo son tan ingenuos como lo era el personaje de Federico Luppi en esa película, Jordán tan despiadado como el de Gianni Lunadei y Elías un fracasado como el de Julio de Grazia, solo que en este caso y al final de la obra asume el rol de un justiciero.

Buena Presencia es una parábola sobre el poder y el sometimiento que existe entre los que tienen mucho de lo escaso, y los que lo desean mucho pero no se animan a obtenerlo.

Palabras de Víctor Winer

Cuando nació Buena presencia, hace ya mucho tiempo, el disparador fue una luz en una oficina mientras una manifestación poblaba la Plaza de Mayo.
Inferí que, ajenos a su presente, dentro ella había gente trabajando que ignoraba su entorno y lo que allí ocurría.
Hoy, esa luz enciende una puesta llena de magia, con actuaciones y una dirección que potencian las líneas que escribí en esos tiempos en los que el convulsionado mundo nos empujaba a definir, sin dilación, en qué lado de la escena nos íbamos a ubicar. .
Los invito a verla.

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