Juana, loca

Juana de Castilla (hija de los reyes católicos Isabel de Castilla y Fernando de Aragon) es prometida en matrimonio al hijo del emperador de Alemania: Felipe de Hamburgo
Lo que parecía ser un penoso matrimonio por conveniencia termina siendo, para Juana, el hallazgo del amor. Un amor desenfrenado y enfermizo que desarrolla por Felipe; que le genera ataques de celos iracundos y obsesivos (promovidos por el propio Felipe que tiene amoríos con diferentes mujeres de la corte y fuera de ella) Entre todas estas mujeres esta Beatriz, sirvienta de Juana, luego devenida en dama de la corte, que "encanta" a Felipe y en la que Juana termina volcando toda su obsesión.
En medio de este juego amoroso/pasional, Juana queda como única heredera de los reinos de España. Y con la muerte de Isabel, su madre, se convierte en Reina de Castilla y en consecuencia Felipe en rey consorte.
Felipe y su entorno, obsesionados con el poder, buscan que Felipe quede como único soberano y, sosteniéndose en las crisis de celos de Juana y con el apoyo del Rey Fernando (padre de Juana), logran declararla insana y la recluyen de por vida.
Juana queda por casi medio siglo aislada de todo, sin reclamar nada y sostenida en vida por ese amor tan profundo como enfermo que sintió hacia Felipe hasta el día su muerte.

1 Histórico de funciones