Frente a los comentarios generalizados "la política no sirve para nada", "la política es una porquería" o "los políticos son todos iguales", la murga se propone salir a desmentirlos. Frente a la oleada de políticos que se asumen venir desde afuera de la política, la murga se propone dudar de sus asunciones. El espectáculo es el recorrido que hace la murga en busca de esos desmentidos y esas dudas. Tratando de desmentir termina corroborando al mismo tiempo, y tratando de despejar dudas, termina dudando más. Si la política es todo lo que nos pasa, es lo malo y lo bueno al mismo tiempo. Es lo más profundo y lo más cotidiano. Lo partidario, lo simbólico, lo cantado y lo vivido. Lo que entendemos por felicidad es un concepto político. Desde los actos partidarios hasta el almacén del barrio. Desde abrazarse a la ilusión del capitalismo hasta el intento de reconciliar lo irreconciliable y abrazarse con alguien que piensa distinto. Cómo se piensa la izquierda y cómo nos piensa la derecha. Todo es político. La murga no llega a ninguna conclusión, por suerte. En el camino, por intentar hacer murga, termina haciendo política.
- ESPACIO IFT (2019)
