El gran macabro

Fuente: Centro de Documentación Teatro Colón

Acto I
Escena 1

Bocinas tocadas a diferentes alturas y ritmos reflejan un caótico paisaje urbano. Piet the Pot (el“tonel”), un alcohólico que vive en Brueghelland (nombre que significa “la tierra de Brueghel”, el célebre pintor) esboza un lamento, borracho y en medio de hipos. Dos amantes (Amanda y Amando) son representados por dos mujeres. Nekrotzar, príncipe del infierno y la muerte, oye a los amantes desde su tumba y se suma a su dúo. Estos, confundidos, descubren a Piet y se enfurecen, creyendo que los ha estado espiando. Piet alega que él no ha hablado; si no fue él, debió de haber sido el Todopoderoso. Los amantes se esconden en la tumba para averiguar el misterio.Aparece Nekrotzar, con un canto insultante al que Piet responde confusamente, hasta que su interlocutor le ordena callarse. Piet ha de convertirse en esclavo de la muerte y promete servirla con todos sus recursos a medida que las amenazas de ésta aumentan, y pese a que le augura para su garganta una tormentosa sed. Piet objeta el castigo, que es peor que la muerte, mientras Nekrotzar explica su misión y le advierte a su esclavo que morirá a medianoche y que destruirá la tierra con un cometa que Dios le enviará. En ese trance, Piet deberá ser su corcel. Los amantes reaparecen, para ignorar la sentencia y disfrutar sus últimos momentos juntos.

Escena 2
En la casa del astrónomo de la corte. El masoquista Astradamors recibe azotes de su sádica mujer, Mescalina, que lo flagela hasta creerlo muerto, tras lo cual invoca a una araña, una suerte de mascota suya. Ante esta aparición, Astradamors revive debido a las náuseas que le provocan estos animales. Como castigo por haber simulado la muerte, Mescalina lo somete a un ritual doméstico, un “galope”, para luego indicarle que observe los astros. Se dirige a Venus, suplicando un hombre mejor hasta quedarse dormida. El astrónomo aspira a liberarse de su mujer, aun si para ello tuviera que colapsar el universo. Aparece Nekrotzar, mientras Venus le habla a Mescalina para informarle que le ha enviado dos hombres, uno de los cuales es Nekrotzar, que comienza un juego amoroso con la mujer hasta que la muerde en el cuello y la mata. Piet, que ha sido testigo de la escena, debe retirar el cadáver. La siguiente misión es dirigirse al palacio del Príncipe Go-go. Antes de partir, Astradamors destruye su casa, proclamándose amo y señor de ella.

Acto II
Escena 3
La muerte se acerca a Brueghelland. En la sala del trono dos políticos bailan un vals e intercambian insultos en orden alfabético. El príncipe Go-go aparece y les pide que pongan los intereses de la nación por sobre los suyos. Los políticos fuerzan a Go-go a montar un gigantesco caballo mecedor, simulando una escena bélica. Luego simulan una coronación, preparan un discurso y le hacen firmar al Príncipe un aumento de impuestos. Ante cada objeción suya, amenazan con renunciar.Como el príncipe tiene hambre, lo tientan con una gran comilona. Gepopo, jefe de los espías, aparece para transmitir que el pueblo está tramando una insurrección porque teme un gran “macabro”. Los políticos salen al balcón para intentar calmar a la gente, pero les arrojan objetos ante la risa de Go-go. Ese aparece en el balcón para ser aclamado como líder de manera sostenida y creciente. Entretanto, Gepopo recibe un despacho certificado por sus espías que da cuenta del peligroso acercamiento de un cometa. Los políticos tratan de desestimar el tema, pero son interrumpidos por una figura que se acerca a las puertas de la ciudad. Go-go refirma su autoridad, pero Gepopo le sugiere llamar a una guardia. Sólo Astradamors corre a saludar al príncipe. Ante la alarma, Go-go debe esconderse bajo la cama. Nekrotzar cabalga sobre Piet en horrible procesión hasta llegar al balcón y dirigirse a la multitud para exponerle la mortal profecía. Desoyendo los pedidos de piedad, se suman al banquete del príncipe, mientras Piet y Astradamors, sin miedo, incitan a Nekrotzar a beber, a lo que éste accede hasta embriagarse. La medianoche se acerca pero Nekrotzar no puede ponerse en pie. Go-go reaparece, y es presentado al “Zar Nekro” como el “Zar Go-go.” Nekrotzar intenta montar el caballo mecedor, insistiendo con su amenaza de destruir el mundo. Se divisa el cometa y Saturno se sale de sus anillos.

Escena 4
Después del cataclismo. Piet y Astradamors, creyéndose fantasmas, flotan en la atmósfera. Go-go se cree el único sobreviviente, pero pronto debe enfrentar a tres soldados dedicados al pillaje, que no lo reconocen. Emerge Nekrotzar de un vehículo volcado, confuso al advertir que hay gente aún viva y aterrado por la aparición de Mescalina, que acusa a los políticos, a los soldados y a Go-go de las atrocidades, mientras ellos le tiran barro por respuesta. Astradamors y Piet siguen flotando y Go-go los invita a un trago. Nekrotzar es así derrotado, ante lo cual se encoge a niveles infinitesimales hasta desaparecer. Los amantes salen de la tumba, jactándose de su amor, mientras los demás invitan a no temer a la muerte, cuya hora es incierta, y se despiden jubilosamente.

Baldur Brönnimann, director musical de El gran macabro de György Ligeti, informa al público argentino:

Lamento mucho que no se pueda estrenar la ópera El gran macabro en la Argentina. Un conflicto gremial en el Teatro Colón impide que sea realizada tal como habíamos previsto. Sin embargo, y como gesto de respeto hacia el equipo que ha trabajado durante todo este tiempo en la puesta, y hacia el público argentino que no ha tenido nunca la oportunidad de apreciar esta obra de Ligeti, decidimos, junto a todo el plantel artístico, presentarla en su versión de reducción de piano aprobada por su autor. De esta manera, le hemos ofrecido a la dirección del Teatro Baldur Brönnimann, director musical de El gran macabro de György Ligeti, informa al público argentino: mostrar lo que se ha desarrollado hasta el momento, en formato de ensayos abiertos. Considero que ese formato, lejos de alejarse del carácter irreverente y anárquico de la obra, lo representa. Debo decir que de todas las decisiones artísticas posibles, esta era la más difícil de tomar, pero a la vez la que más se acerca, dentro de este contexto, a los valores que pregonamos y ponemos en práctica: el respeto por la obra y por el trabajo de los artistas implicados y nuestro deber hacia las expectativas de un público ávido por conocer a uno de los mayores creadores del siglo XX.

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