No, no lamento nada

Dos abuelas Amelia de 86 años y Olga de 78 viven en una casa para ancianos. Ellas encaran la vida o lo que les queda de ella con optimismo. Se ríen de sus dolores, tanto de sus achaques físicos como del alma, de su soledad, de su pasado, de aquellos secretos dolorosos que guardan. Su mirada sobre las vivencias que cada una experimentó se manifiesta a través de historias y diálogos, donde la sensibilidad y el humor conducen al público por diferentes estados de ánimo, porque aún cerca del ocaso de la vida el sol brilla.

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