Soma Gynaikeios

La pieza indaga en la búsqueda de la femineidad. Medea, Clitemnestra, Ifigenia y Antígona son las mujeres que motorizan la obra y que transitan ciertos aspectos de la vida y la muerte. Existe entre estos personajes un nexo que es vital y que es el eje de la propuesta: pudiendo elegir la vida, escogen la muerte viendo en ella un curso natural y fundamental para su existencia.

Descripción general del proyecto
El punto de partida de esta obra es compartido por Clitemnestra, Antígona, Medea e Ifigenia, personajes femeninos de las tragedias de Esquilo, Sófocles y Eurípides.
Existe entre estas cuatro mujeres un nexo que es vital y que es el eje de la obra. El mismo consiste en que son mujeres que, pudiendo elegir la vida, escogen la muerte viendo en ella el curso natural de la “vida”. Es en la muerte donde cada una de ellas halla su fundamento de vida, su ser. Medea, Clitemnestra, Ifigenia y Antígona, son mujeres que son, existen, en la muerte, cobran vida en ella y por ella.
La obra está basada en lo insoslayable de cada una de sus tragedias y no en un relato de las mismas. Aspira a revelar lo “fatal”, lo innegable, lo ineludible. A explorar en búsqueda de la esencia de lo femenino. Esencia relegada dada su fatalidad, que reside en que la única causante de una muerte real es la mujer. Mujer que siendo generadora de vida, al negarla, quitándosela, la muerte se torna real; cobra vida, es ser en la muerte.
Concibo a la puesta como un espacio despojado, que no explicita ningún lugar y a su vez los contiene, al Hades, a la tumba, al bosque y al destierro. Un espacio que es vacío y tiene sillas fragmentadas y cajas incompletas y trapos viejos y sucios, sobre todo sucio. Lugar que no quiere ser visto, morada de las penumbras.
Espacio teñido de muerte, de rojo, de fatalidad.
Fatalidad que es omnipresente, ineludible y ante todo femenina.

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