Ciudadano Yago

¿Y donde queda la presunción de inocencia? . Lo único que saben ustedes, público asistente, y tribunal de este proceso a Yago, es la versión comúnmente aceptada, y repetida hasta la saciedad. Desde que un tal Shakespeare contara su versión, el nombre de Yago siempre ha estalo ligado a la traición, el delito, el perjurio, el crimen,...
Según la versión del viejo inglés errante, Otelo, general del ejército de la república de Venecia, y Desdémona, hija del senador Brabancio, se enamoran y se casan en secreto. Yago, uno de los alféreces del moro, movido por el odio que siente hacia él, trata de provocar los celos de Otelo haciéndole creer que su esposa le es infiel con Casio, su más leal teniente. Víctima de sus terribles celos, Otelo acaba dando muerte a Desdémona y después, al descubrir que todo ha sido un engaño del malvado Yago, se suicida.
¿Pero quien ha escuchado la versión del propio acusado?. ¿Por qué aceptamos sin el menor atisbo de duda la versión oficial de los hechos?. ¿No es esto un fiel reflejo de la sociedad que nos ha tocado vivir?... Teatro La República da al acusado lo que la historia y la justicia le han negado, la posibilidad de defenderse de las acusaciones después de más de 400 años. Y al final de la función, usted público asistente, ha de votar en conciencia sin que su libertad se vea condicionada por prejuicio alguno, o por la necesidad de obedecer a una regla suprema y eterna.

1 Histórico de funciones