La LLuvia

Un escritor planea por la mansedumbre frenética de sus obsesiones. La pluma trasciende y despega de la hoja como buscando cántaros no agotados de imagen, vírgenes del sueño.
En otro hemisferio del tiempo, un parque, una mujer y la promesa de un encuentro tejiendo lazos de tinta y papel. Entonces el escribiente quizá personaje, entonces el personaje hacedor de su genética escrita. Escombros del alma y mas allá, seres que se revelan a lo que un espacio adiestrado y corriente no puede contener.